LA HABANA (Reuters) - Las iglesias evangélicas cubanas están recolectando firmas en contra de una propuesta para reformar la Constitución y que abriría la puerta al matrimonio gay, como parte de una campaña política no gubernamental inusualmente fuerte en la isla.
Los cubanos han estado discutiendo la más amplia reforma a su Constitución, que data de 1976, en plena era soviética, según un documento propuesto por el Partido Comunista que ha sido debatido desde agosto en reuniones oficiales a nivel de barrio y centros laborales.
El artículo 68, que redefine el matrimonio como la unión entre dos personas, sin especificar sexo, está acaparando mucha atención, poniendo de relieve el machismo que aún impera en la sociedad cubana a pesar de los avances en los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT).
“No apoyamos bajo ningún concepto el artículo 68. ¿Saben por qué? (...) Porque la Biblia lo condena”, exclamó el pastor Lester Fernández, de 39 años, en medio de la ovación de unos 500 fieles congregados en una iglesia metodista de La Habana en un día de semana de octubre.
La Iglesia Metodista es una de las 21 denominaciones evangélicas que comenzaron este mes la búsqueda de firmas para una declaración en contra de la propuesta que daría luz verde al matrimonio gay.
Los feligreses también han fijado carteles en postes, puertas y ventanas en apoyo al “diseño original de la familia, como Dios la creó” para sorpresa de muchos cubanos, en un país cuyo Estado controla los espacios públicos.
Algunos analistas sostienen que el enfoque del matrimonio homosexual está desplazando el debate de otros temas delicados en la reforma constitucional, que mantiene como “irrevocable” el sistema socialista unipartidista de Cuba, aunque refleja las transformaciones de los últimos años en sus 224 artículos.
“El matrimonio gay ha funcionado como una cortina de humo para ocultar otras realidades”, dijo el activista Isbel Díaz Torres, quien estaría finalmente feliz de poder casarse con su novio con el que lleva 14 años de relación.
La consulta ha provocado un debate inusualmente abierto en Cuba, con algunos cubanos, por ejemplo, pidiendo elecciones directas para escoger al presidente del país. Sin embargo, otros asuntos, como la posibilidad de otro sistema político o económico, parecen fuera de los límites.
Si se aprueba el artículo 68 en la Constitución, Cuba estaría en camino a unirse a Argentina, Brasil, Colombia Y Uruguay para permitir que parejas del mismo sexo se casen. Actualmente permite las cirugías de cambio de sexo en la isla.
El gobierno cubano ha prometido tener en cuenta las sugerencias públicas sobre el borrador de la Constitución, cuya versión final se presentará en un referendo en febrero de 2019.
La presidenta de la Liga Evangélica de Cuba, Alida León Báez, dijo que se espera que más de 500.000 cubanos firmen la petición de las iglesias en contra del matrimonio gay.
Más del 60 por ciento de los 11,2 millones de cubanos son bautizados por la Iglesia Católica, que no ha fijado su posición sobre el artículo 68, aunque tradicionalmente se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo.
“Si no se modifica el tema del matrimonio en el proyecto de Constitución todos votaremos en contra”, dijo León Báez. “Si se aprueba, nuestra nación va a la destrucción total”, añadió.
Activistas LGBT cubanos han lanzado también una campaña en contra de las iglesias evangélicas, principalmente en las redes sociales, pero sostienen que es difícil porque el gobierno no reconoce oficialmente a los activistas independientes.
"El Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) está haciendo muchísimas acciones, pero no podemos olvidar que al final es una institución académica, científica y docente”, dijo el activista LGBT Ulises Padrón.