El grupo de activistas y música punk de Rusia, Pussy Riot, se atribuyó el domingo la responsabilidad por la invasión de cancha que realizaron cuatro personas y que interrumpió la final de la Copa del Mundo entre Francia y Croacia.
Pussy Riot afirmó en un mensaje difundido en su cuenta de Twitter que el acto fue una protesta.
A los 52 minutos, las cuatro personas ingresaron a la cancha de manera simultánea, ataviadas con lo que parecían uniformes policiales antiguos, y fueron derribadas por personal de seguridad.
El zaguero croata Dejan Lovren empujó a un hombre que se manifestaba con el grupo y colaboró para que el personal de seguridad lo detuviera. Una mujer manifestante intercambió palmadas mediante ambas manos con el delantero francés Kylian Mbappé en el círculo central.
Pussy Riot afirmó que había organizado la invasión, y emitió en Twitter una lista de exigencias al gobierno ruso, incluida la de liberar a los presos políticos, poner fin a los “arrestos ilegales durante las protestas”, y “permitir la competencia política en el país”.
“Hola a todos desde la cancha del Luzhniki, esto es fabuloso”, dijo el grupo en Twitter.
Su comunicado también aludió al caso de Oleg Sentsov, crítico de la anexión rusa de Crimea a Ucrania en 2014, y que en 2015 fue sentenciado a 20 años de cárcel por conspiración para cometer actos terroristas. Niega los cargos y ha estado en una huelga de hambre desde mediados de mayo.
Pussy Riot ganó fama global con sus provocadoras actuaciones en público y en contra del presidente ruso Vladimir Putin en 2012. Dos de sus integrantes estuvieron en prisión durante casi dos años. Putin presenció el partido junto a su contraparte francés Emmanuel Macron y el presidente de la FIFA Gianni Infantino.
La FIFA no respondió de inmediato a una solicitud de reacciones.
La protesta salió brevemente en la señal televisiva internacional, aunque FIFA tiene como instructivo no mostrar los actos de invasión de cancha.