Veintidós médicos cubanos fueron incorporados al sistema de Salud Pública ecuatoriano, según informó el Ministerio de Salud Pública de ese país. Nueve de ellos son oncólogos, y los 13 restantes se desempeñan como nefrólogos, especialistas en trasplantes, entre otras especialidades.
Ha trascendido que los oncólogos, quienes se encuentran en cursos de inducción en Quito, serán destinados a los Hospitales Militar, de Quito; Solca (que trabaja con enfermos de cáncer), en Portoviejo y Guayaquil; y del IEES (sistema de salud estatal, seriamente cuestionado), también en Guayaquil.
El resto de especialistas irá a provincias como Ibarra, El Oro, Esmeraldas, Portoviejo, Santo Domingo y Loja.
Los nombramientos vienen envueltos en polémica pues se producen después de que el gobierno de Rafael Correa despidiera a un buen número de médicos ecuatorianos, bajo la insólita figura de “renuncia voluntaria”. Muchos analistas cuestionan el hecho de que los profesionales cubanos sean utilizados como instrumento político, con menores sueldos e incondicionales aliados del actual Gobierno de Correa.
Andrés Cadena, asesor de Talento Humano del Ministerio de Salud, explicó que con este convenio con Cuba se llenarán unas 1.000 “vacantes” que existen en los hospitales del servicio público. Lo que no dice es que estas vacantes fueron producidas por despidos intempestivos.
El acuerdo con los médicos cubanos representa, para el estado ecuatoriano, una inversión de 100.000 dólares, monto que no será pagado directamente a los profesionales, sino que será transferido a Cuba para que este país lo haga (con los consabidos descuentos que quedan para la Revolución).
Los cubanos se incorporarán a los hospitales por un periodo de tres meses, posteriormente deberán rendir una evaluación sobre su desempeño y, de ser esta satisfactoria, podrán prolongar su estadía en Ecuador por un año. Aunque no se tiene fecha se tiene previsto que lleguen 70 médicos más, para atención primaria, en el sector de Monte Sinaí.
Ha trascendido que los oncólogos, quienes se encuentran en cursos de inducción en Quito, serán destinados a los Hospitales Militar, de Quito; Solca (que trabaja con enfermos de cáncer), en Portoviejo y Guayaquil; y del IEES (sistema de salud estatal, seriamente cuestionado), también en Guayaquil.
El resto de especialistas irá a provincias como Ibarra, El Oro, Esmeraldas, Portoviejo, Santo Domingo y Loja.
Los nombramientos vienen envueltos en polémica pues se producen después de que el gobierno de Rafael Correa despidiera a un buen número de médicos ecuatorianos, bajo la insólita figura de “renuncia voluntaria”. Muchos analistas cuestionan el hecho de que los profesionales cubanos sean utilizados como instrumento político, con menores sueldos e incondicionales aliados del actual Gobierno de Correa.
Andrés Cadena, asesor de Talento Humano del Ministerio de Salud, explicó que con este convenio con Cuba se llenarán unas 1.000 “vacantes” que existen en los hospitales del servicio público. Lo que no dice es que estas vacantes fueron producidas por despidos intempestivos.
El acuerdo con los médicos cubanos representa, para el estado ecuatoriano, una inversión de 100.000 dólares, monto que no será pagado directamente a los profesionales, sino que será transferido a Cuba para que este país lo haga (con los consabidos descuentos que quedan para la Revolución).
Los cubanos se incorporarán a los hospitales por un periodo de tres meses, posteriormente deberán rendir una evaluación sobre su desempeño y, de ser esta satisfactoria, podrán prolongar su estadía en Ecuador por un año. Aunque no se tiene fecha se tiene previsto que lleguen 70 médicos más, para atención primaria, en el sector de Monte Sinaí.
