La escritora cubana Zoé Valdés, también con nacionalidad francesa, busca una oportunidad para denunciar ante la Asamblea Nacional de Francia la terrible situación que vive Cuba.
Valdés, reconocida en Francia con la prestigiosa Orden de las Artes y las Letras, le ha pedido a Richard Ferrand, presidente de la Asamblea Nacional de Francia, que le permita presentar a los parlamentarios franceses la realidad que enfrentan a diario millones de cubanos.
"Le escribo porque nuestro país, Francia (mi segundo país), tiene una deuda moral con el pueblo cubano, del que formo parte, que vive desde hace 62 años bajo una tiranía cuya inmensa deuda es aliviada cada año por el Club de París. Mientras los cubanos, niños y ancianos, mueren de hambre, las élites y las ‘jerarcas’ (oligarquía) se enriquecen. Los presos políticos son torturados en las cárceles en condiciones precarias e infrahumanas", indica la carta.
La ganadora de importantes premios literarios recuerda a Ferrand que "la Unión Europea acaba de publicar una resolución sobre la terrible situación de la sociedad civil cubana y ha condenado la tiranía castrocomunista" mientras "Francia guarda silencio".
Lee también DOCUMENTO: Resolución del Parlamento Europeo sobre los derechos humanos y la situación política en CubaPor último, la autora exiliada en Francia rememora una presentación en 1999 ante los parlamentarios franceses en la que tuvo la oportunidad de hablar sobre la infancia en Cuba y los presos políticos cubanos y de todo el mundo.
"Estos niños de ayer son hoy hombres y mujeres desesperados. Necesitaría hablar 3 minutos delante de todos ustedes por ellos, al menos para darles alguna esperanza", indica la petición titulada Los Deberes de Libertad de Francia con Cuba.
En declaraciones a Radio Televisión Martí, la autora explicó que con esta iniciativa busca "poder tener una participación directa en la Asamblea y presentar el caso de los presos políticos y el caso también de los niños y los ancianos en Cuba".
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Valdés, nacida en La Habana en 1959, dijo que presentar una petición en la Asamblea Nacional en París es un proceso bastante complejo: "Yo la presenté una primera vez y fue rechazada. Esta segunda vez ha sido aceptada".
"Normalmente la petición debe ser firmada por mil franceses, mil personas con nacionalidad francesa hasta 100 mil. Pueden ir de mil a 100 mil, pero ya con mil uno tiene ya la parte bastante ganada", indicó.