Zaqueo Báez Guerrero, coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en La Habana, salió de Cuba y arribó a Estados Unidos el pasado martes, 6 de septiembre, tras un ultimátum de la policía política de 30 días para exiliarse o ir a prisión “acusado de falsos delitos de actividad económica ilícita, sedición e instigación a delinquir”.
“En estos 10 años en que estuve luchando por la libertad y la democracia de Cuba… tuve miedo. Sin duda tuve miedo, pero no tanto como el pasado 19 de julio, cuando la policía política me llevó a interrogatorio y me amenazó de cobrarse todas mis acciones”, dijo a Radio Martí el opositor, también activista de Cuba Decide.
Entre esas acciones, la que menos le puede perdonar el régimen a Baéz Guerrero es la del 20 de septiembre de 2015, cuando logró violar el cerco de la Seguridad del Estado y se acercó al papa Francisco durante su visita a La Habana.
“Tuve la oportunidad de decirle, gracias a Dios, que en Cuba se violaban los derechos humanos, que no le creyera a Raúl Castro, que era un mentiroso, que maltrataban a las Damas de Blanco, que las golpeaban cuando iban a misa. A raíz de ello, la dictadura me ha guardado y archivado esa acción”, recordó el activista.
“Mi vida, mi libertad, peligraban hoy más que nunca”, aseguró Báez Guerrero, y añadió que la dictadura cubana continúa torturando a los presos políticos y amenazando a los activistas pro derechos humanos con llevarlos a prisión “por largos años, acusados de falsos delitos de instigación a delinquir, de sedición”, entre otros.
El opositor pidió perdón al líder de la UNPACU, José Daniel Ferrer García, por verse forzado a abandonar el país mientras él permanece en prisión. “También le pido perdón a los activistas que siempre han confiado en mi persona”, dijo.
Sobre la UNPACU, afirmó que la organización opositora “existe todavía”, con miembros activos dentro de Cuba como Ismael Boris Reñí y María Josefa Acón Sardiñas en la capital, y otros en el oriente de la isla, “aunque no es un secreto para nadie que la tiranía Castro-Canel se ha encargado de utilizar todo tipo de amenaza contra nuestros activistas y, lamentablemente, muchos nos hemos visto obligados a abandonar el país”.
Baéz Guerrero señaló que, tras las protestas multitudinarias del 11 de julio de 2021 en varias localidades de Cuba, el régimen cubano se percató de que “la tiranía se encuentra en su fase final”. La fuerte represión que siguió a las manifestaciones antigubernamentales afectó también a la UNPACU, subrayó.
Mencionó, además, que el encarcelamiento del líder de UNPACU “ha sido un duro golpe” para el movimiento, y que el activismo de los miembros de la oposición política “está muy limitado en estos momentos”. Lo que antes la tiranía toleraba, dijo, se ha vuelto insostenible para ellos, por “el miedo a perder el poder”.
En sus declaraciones, el opositor denunció las torturas físicas y psicológicas a las que el régimen somete a los presos políticos. En el caso de Ferrer García, recordó que, desde su detención, en julio de 2021, ha permanecido en constante aislamiento, con prohibición de llamadas telefónicas y visitas familiares. El castigo, dijo, se extiende a sus hijos pequeños, a quienes impiden ver a su padre.
El líder de UNPACU permaneció 55 días en aislamiento, hasta que el martes le fue permitida una visita de 15 minutos a su esposa, la doctora Nelva Ortega, sin presencia de los hijos. Ortega dijo a su cuñada, Ana Belkis Ferrer, exiliada en EEUU, que encontró a su esposo muy delgado y semidesnudo, porque se niega a vestir el uniforme de preso común. Las autoridades lo amenazan con revocar una condena de 17 años de cárcel pendiente de la Primavera Negra de 2003, más la sentencia que le sea impuesta por la causa N.º 128 de 2021, si no accede a cambiar su posición política o a abandonar el país.
Baéz Guerrero recordó el caso de otros prisioneros políticos, como el del rapero y activista del Movimiento San Isidro Maykel Castillo Pérez “El Osorbo”; el artista Luis Manuel Otero Alcántara, líder de esa organización; la Dama de Blanco y miembro de UNPACU Aymara Nieto Muñoz, y Saylí y Félix Navarro, entre otros.
El régimen cubano, dijo, “está tan asustado que se ha dado a la tarea de desterrar a los líderes, y a aquellos opositores que les molestan (…) para seguir en el poder bajo la represión”, concluyó.