Luego de cuatro años de ausencia, el cubano Yasiel Puig volverá a pisar un terreno de Grandes Ligas.
El Caballo Loco jugará con los Tiburones de La Guaira, campeones del béisbol profesional de Venezuela, en la Serie del Caribe que se disputará en el loanDepot Park de Miami del 1 al 9 de febrero.
Puig fue una de las figuras centrales en la consecución del primer título de los Tiburones en 38 años, al disparar 64 hits en 157 turnos, para un astronómico average de .407, con 15 jonrones y 38 carreras impulsadas a lo largo de todas las fases de la campaña.
El cubano llegó a Venezuela ya iniciada la temporada, pues él comenzó a jugar la pelota invernal con las Estrellas Orientales, en la República Dominicana, donde fue dejado en libertad tras 18 partidos, en los que sólo consiguió promedio de .250, con un cuadrangular y seis remolques.
Pero en La Guaira, el pelotero de 33 años se puso bajo las órdenes del manager Ozzie Guillén y renació de sus cenizas, por lo que muchos fanáticos se ilusionan con que mantenga ese mismo ritmo en la Serie del Caribe y que alguna franquicia le dé una segunda oportunidad.
En el 2013, Puig debutó en Grandes Ligas con la fuerza de un huracán de categoría cinco y rápidamente se ganó el apodo de Caballo Loco, que le puso el legendario narrador de los Dodgers de Los Angeles Vin Scully, por la manera de jugar pelota tan fuera de lo común del cubano.
A donde quiera que iba, llamaba la atención y la gente llenaba estadios para verlo jugar.
En Los Angeles, se hizo el preferido de la afición y se desató una Puigmanía, que algunos comparaban con el furor que causó el mexicano Fernando Valenzuela en los años 80.
Pero los reflectores lo encandilaron y los problemas de conducta superaron el rendimiento en el terreno y el diamante en bruto con potencialidad de ser el mejor jugador de todo el béisbol, se diluyó entre escándalos cada vez más frecuentes.
Había pactado por siete temporadas y 42 millones con los Dodgers, que en el último año de contrato lo cambiaron a los Rojos de Cincinnati, quienes, a su vez, lo canjearon a los Indios de Cleveland.
Eso fue en el 2019 y desde entonces, nunca más ha puesto un pie en un terreno de Grandes Ligas. Lo que parecía ser una carrera destinada a grandes cosas, se quedó en la duración del primer contrato.
En la Serie del Caribe probará de nuevo el calor y los vítores de sus fanáticos, y entre batazos y fildeos, deberá lidiar con la nostalgia de lo que puso ser y no fue.