Con tamaño talento, solo es preciso embridarle los impulsos, hacerle saber que ahora vive en un país de leyes y que aquí podrá llegar tan lejos como se lo proponga.
Tanto ruido ha hecho el cubano Yasiel Puig, en menos de 90 días en las Grandes Ligas de Béisbol, que su primer hit, como lead off en el Dodgers Stadium, y frente a Eric Stults, el abridor de los visitantes Padres de San Diego parece un hecho muy lejano en el tiempo.
Fue el 3 de junio, cuando el equipo de Los Ángeles estaba mal parado en su récord de ganados y perdidos, al tiempo que dos de sus jardineros regulares, Matt Kemp y Carl Crawford, permanecían fuera de la alineación en virtud de sus lesiones.
Puig mostró un inmediato apetito de triunfo: ganó las distinciones de jugador de la semana en la Liga Nacional, novato del mes y jugador del mes. Sus 27 juegos en las Menores le habían proporcionado una maduración tan acelerada, que saltó en unos meses, de insinuarse como un prospecto en Cuba --justo antes de escapar al extranjero--, a ocupar espacios prominentes en la prensa de la Unión.
El muchacho de la provincia de Cienfuegos ha reinventado el béisbol de las Mayores, llegó a escribir un cronista de la organización, ante el asombro de ver a un debutante --fornido como un futbolista de la NFL-- que pega hits, roba almohadillas, bota la pelota y se tira en diving o arremete contra las bardas para fildear un batazo rival.
Puig lo ha probado todo y no se aburre. Fue golpeado una vez por un pelotazo en el rostro --se mantuvo en el juego--, movió los puños durante una riña en el terreno, y hace unos días los Dodgers lo mandaron a la banca, como colofón de los sucesos que incluyeron su slump en 11 veces al bate, un forcejeo con sus compañeros en el dugout, y una multa por llegar tarde al estadio.
Pero este muchacho tiene nervios de acero: una permuta en la defensiva, cuando el juego llegaba a su final, le permitió volver al terreno, y minutos después un solo lanzamiento le bastaba para pegar de jonrón y poner delante a su equipo en el marcador.
Este viernes, camino de su partido número 71en el Big Show, Yasiel Puig acumulaba17 dobles, dos triples y 12 bambinazos, con average de .346, nada menos que 65 puntos por delante del siguiente novato de la Liga Nacional. Mucho ha aportado para que los Dodgers tengan ahora 9,5 juegos de ventaja, en el primer lugar de su división.
Con tamaño talento, solo es preciso embridarle los impulsos, hacerle saber que ahora vive en un país de leyes y que aquí podrá llegar tan lejos como se lo proponga. Y me alegra verlo muy relacionado con el mexicano Adrián González y el dominicano Hanley Ramírez, dos estelares de muchas horas de vuelo en las Grandes Ligas y bajo cuya sombra, si aprovecha la oportunidad, Yasiel Puig aprenderá a echar raíces en este béisbol.
Fue el 3 de junio, cuando el equipo de Los Ángeles estaba mal parado en su récord de ganados y perdidos, al tiempo que dos de sus jardineros regulares, Matt Kemp y Carl Crawford, permanecían fuera de la alineación en virtud de sus lesiones.
Puig mostró un inmediato apetito de triunfo: ganó las distinciones de jugador de la semana en la Liga Nacional, novato del mes y jugador del mes. Sus 27 juegos en las Menores le habían proporcionado una maduración tan acelerada, que saltó en unos meses, de insinuarse como un prospecto en Cuba --justo antes de escapar al extranjero--, a ocupar espacios prominentes en la prensa de la Unión.
El muchacho de la provincia de Cienfuegos ha reinventado el béisbol de las Mayores, llegó a escribir un cronista de la organización, ante el asombro de ver a un debutante --fornido como un futbolista de la NFL-- que pega hits, roba almohadillas, bota la pelota y se tira en diving o arremete contra las bardas para fildear un batazo rival.
Puig lo ha probado todo y no se aburre. Fue golpeado una vez por un pelotazo en el rostro --se mantuvo en el juego--, movió los puños durante una riña en el terreno, y hace unos días los Dodgers lo mandaron a la banca, como colofón de los sucesos que incluyeron su slump en 11 veces al bate, un forcejeo con sus compañeros en el dugout, y una multa por llegar tarde al estadio.
Pero este muchacho tiene nervios de acero: una permuta en la defensiva, cuando el juego llegaba a su final, le permitió volver al terreno, y minutos después un solo lanzamiento le bastaba para pegar de jonrón y poner delante a su equipo en el marcador.
Este viernes, camino de su partido número 71en el Big Show, Yasiel Puig acumulaba17 dobles, dos triples y 12 bambinazos, con average de .346, nada menos que 65 puntos por delante del siguiente novato de la Liga Nacional. Mucho ha aportado para que los Dodgers tengan ahora 9,5 juegos de ventaja, en el primer lugar de su división.
Con tamaño talento, solo es preciso embridarle los impulsos, hacerle saber que ahora vive en un país de leyes y que aquí podrá llegar tan lejos como se lo proponga. Y me alegra verlo muy relacionado con el mexicano Adrián González y el dominicano Hanley Ramírez, dos estelares de muchas horas de vuelo en las Grandes Ligas y bajo cuya sombra, si aprovecha la oportunidad, Yasiel Puig aprenderá a echar raíces en este béisbol.