Los 3.5 millones de turistas que inundaron Cuba el año pasado bebieron océanos de mojitos, lagos de daiquiris y ríos de cerveza. Y sólo algunos pocos acompañaron su ropa vieja o su congrí con vino de Chile, Argentina o España.
Ahora, alentados por el deshielo en las relaciones EEUU-Cuba, vinicultores estadounidenses quieren aterrizar en la isla con sus robustos zinfandel, sus aromáticos chardonnay y sus potentes cabernet sauvignon. Están decididos a conquistar el mercado del turismo y cubrir las pequeñas necesidades domésticas.
Las perspectivas dicen que son alentadoras.
"Para nosotros es mucho más económico traer un vino de Estados Unidos que de España", declaró Francisco Chacón, sommelier del Hotel Conde de Villanueva, aludiendo a la proximidad de Estados Unidos.
Cree que los vinos californianos son un producto de calidad que a la larga reemplazarán a los de bodegas europeas y suramericanas.
Chacón asistió esta semana a los simposios y degustaciones organizados durante dos días por un centenar de productores, comercializadores y exportadores de vinos de California, quienes esperan entrar nuevamente a este mercado gracias a las reformas económicas que están eliminando muchas restricciones al comercio con Estados Unidos.
Participaron, además, dueños o representantes de unas
50 "paladares, restaurantes privados, un fenómeno que creció por miles en los últimos años en la isla con las reformas aperturistas del Gobierno.
Junto a los particulares también se presentaron centenares de sommeliers y expertos de hoteles y centros gastronómicos estatales, todo un sector al que los estadounidenses buscan convertir en
sus clientes.
"Este es un encuentro espectacular, es la primera vez que se hace formalmente (invitar a los privados) y despierta interés, despierta negocio y esto despierta ganancia", dijo a AP Rodríguez, propietario del restaurante Waoo!!!, una céntrica terraza en El Vedado capitalino que en estos tres años de inaugurado –especialmente en el último– vio crecer la cantidad de turistas de todo el mundo, pero sobre todo estadounidenses, que lo visitaron.
El turismo estadounidense aumentó en un 76% en 2015, para alcanzar los 161.174 visitantes, al calor del deshielo entre Cuba y Washington que, además, permitiría eventualmente la llegada de las bodegas de California a la isla.
Los estadounidenses representan menos de un 5% del turismo total de 3.5 millones de personas el año pasado, pero se espera que aumente significativamente en los próximos años.
"Buscamos los distintos niveles que tiene el mercado en Cuba, las empresas estatales, las privadas", expresó Fernando Fernández, uno de los organizadores isleños, un claro reconocimiento de las paladares como actores emergentes del sector.
Además de los turistas, la industria vitivinícola le apunta a un pequeño pero creciente sector de cubanos con capacidad adquisitiva para comprar esta bebida.
Un vino español o argentino de mediana calidad cuesta en las tiendas para la población el equivalente de unos $20, una cifra muy elevada para el salario de la isla, pero cada vez más asequible para los cubanos ligados a empresas mixtas o emprendimientos privados que pulularon al calor de las reformas impulsadas por el gobernante Raúl Castro.
Una botella de ron, el espirituoso por excelencia de la isla, se paga el equivalente de unos $8.
Aunque Cuba no es un país con tradición de vino, actualmente se importan unos 300 contenedores –con capacidad para 1.200 cajas– anualmente, una cifra que se incrementará a medida que el turismo aumente.
El embargo, el único freno
Durante las jornadas –presididas por banderas de Cuba, Estados Unidos y la del oso de California–, los participantes hablaron sobre el clima en los valles de aquella región estadounidense, las características del suelo y el cuidado de viñedos y hasta la historia de las familias productoras.
Además, olieron, degustaron y observaron el contenido de decenas de botellas.
Entre las firmas presentes estuvo E&J Gallo Winery, Anders-Lane Artist Wines, Jackson Family Wines y Francis Ford Coppola Winery.
Sin embargo, aún falta un poco para que el vino de California gane espacio en la patria del ron, pues aunque las leyes del embargo impuesto por Washington a Cuba permiten la venta de este producto a la isla por tratarse de un alimento, las sanciones que impiden el financiamiento desestimulan las compras para beneficio de las bodegas de España y Sudamérica.
Hasta el 2005, la firma estatal Alimport compró vinos a Estados Unidos en virtud de esa excepción para alimentos a las leyes del embargo, pero las normativas para financiamiento se endurecieron por las mismas sanciones.
La compra de alimentos por parte de Cuba a Estados Unidos alcanzó los $389 millones en 2014 y se centró en productos de primera necesidad como arroz o carne de pollo.
Pero el relanzamiento de las relaciones diplomáticas el año pasado, tras cinco décadas de ruptura y las nuevas normas del presidente Barack Obama flexibilizando las condiciones del comercio y el financiamiento están dando esperanzas a los productores de California de llegar a Cuba con toda su fuerza.
"Ya tenemos la logística, el embarque, estamos trabajando en el tema del financiamiento y esperamos resolverlo a mediados de año y para fin de año tener más de un contenedor del lado de aquí", comentó entusiasmado Darius Anderson de U.S Cava Exports.
Más allá de las normas paliativas aprobadas por Obama y que permitieron este acercamiento, un levantamiento total del embargo y sus leyes impuestas en los años 60 para presionar un cambio de modelo político en la isla, dependerá de que el Congreso estadounidense elimine las mismas.
Por el lado cubano, sólo el Estado tiene licencia para importar vinos y alimentos, sea Alimport u otras compañías estatales como TRD, por lo que los particulares como los dueños de restaurantes que fueron a la demostración californiana deberán, por ahora, esperar las gestiones de estas.
"A mí no me interesa quien importe (un privado o el Estado) sino que haya un lugar donde pueda comprar este vino", dijo Julio Valdés, quien asistió a la degustación californiana como representante de la Trattoria Cinco Esquinas en la Habana Vieja. "Es importante para nosotros tener una variedad para nuestros clientes. Ahora tenemos chilenos, italianos, españoles, los compramos en las tiendas poco a poco".
Su colega Rodríguez de Waoo!!! se mostró interesado en poder adquirir de manera directa a las bodegas o comercializadores estadounidenses, pero reconoció que ese tiempo todavía no ha llegado en Cuba.
"No podemos importar directamente. Creo que en un futuro eso puede venir. Hay que abrir las mentes y pensar en lo que le dé ganancias al país", expresó Rodríguez.