Un recorte presupuestario es la respuesta del gobierno venezolano a la caída del precio del petróleo, acentuada tras la decisión de la OPEP de mantener su producción, en un contexto de debilidad fiscal y pese a que el presidente Nicolás Maduro ha asegurado que la economía es sólida.
"Estamos en condiciones de resistir la baja del petróleo", dijo Maduro durante un evento este viernes con trabajadores afectos al gobierno. No obstante, ordenó revisar sueldos de altos funcionarios y formó una comisión para "la racionalización y reducción del gasto público".
La pérdida durante el segundo semestre de 2014 de un tercio del valor del petróleo venezolano, que constituye el pilar de la economía, afecta los ingresos fiscales y la disponibilidad de divisas de Venezuela, 96% de las cuales dependen de la exportación de crudo.
Esto ocurre en momentos en que el país acumula miles de millones de dólares en deudas comerciales con proveedores internacionales de bienes esenciales como alimentos o medicinas, que Venezuela debe importar. Estas deudas han incidido en la escasez de al menos uno de cada cuatro productos básicos.
El prolongado descenso del crudo, en declive desde julio de este año, había sido desestimado por el propio Maduro desde hace más de un mes.
"El precio del petróleo a 82 dólares sigue siendo bueno para nosotros", había asegurado el jefe de Estado, así como que incluso "si el precio baja hasta 40 dólares, Venezuela tiene garantizados sus recursos".
Para el presidente venezolano el precio justo del petróleo en el mercado mundial "no debe bajar de 100 dólares" por barril.
En su intervención, Maduro resaltó que es tiempo de "aumentar la inversión productiva, en un plan anticíclico" para seguir promoviendo "los motores reales de la economía".
Mantendrán subsidios
Pero también subrayó que no se reducirá el gasto social en planes de construcción de viviendas o de venta de alimentos subsidiados, entre otros.
Estos programas son cruciales para sostener la popularidad del gobierno en los sectores más pobres de la población y que constituyen la base electoral del chavismo, que justamente en 2015 enfrentará unas elecciones parlamentarias.
La precampaña electoral para la Asamblea Nacional ya arrancó, cuando las encuestas muestran que la gestión de Maduro se ha desplomado hasta 30%, acuciado por la inflación de 63,4% en un año, la escasez, la corrupción administrativa y la criminalidad.
Maduro manifestó que su gobierno "se está moviendo" ante la caída de los ingresos, que Barclays calcula en 700 millones de dólares menos al año por cada dólar que desciende el petróleo.
El mandatario venezolano señaló que están buscando "cobertura de ingresos en divisas que cubran el faltante por la baja de los ingresos petroleros".
En este contexto China, que ya ha prestado a Venezuela más de 40.000 millones de dólares, se asoma como un posible salvavidas para capear el desplome petrolero. Así, Maduro anunció que se "profundizarán acuerdos económicos y de financiamiento" durante el viaje de su ministro de Finanzas a China la próxima semana.
Una inyección fresca de recursos permitiría oxigenar las cuentas fiscales, que el año pasado ya acumularon un déficit público de 16% cuando el petróleo promedió 98,08 dólares por barril.
Barclays estima que Venezuela trata de "comprar tiempo" al levantar entre 16.000 y 18.000 millones de dólares en recursos a partir de posibles préstamos con China por 5.000 millones de dólares, otros 7.000 millones de dólares de la venta de la filial de refinación Citgo en Estados Unidos y unos 4.000 millones de dólares de la colocación de la deuda de Petrocaribe en el mercado.
La percepción de debilidad financiera de Venezuela ha llevado al gobierno a traspasar divisas de fondos extrapresupuestarios a las reservas internacionales, que cuentan con 22.238 millones de dólares.
Sin embargo la restricción en el acceso a las divisas dentro del control de cambio se ha acentuado durante noviembre, lo que ha provocado que el precio del dólar en el mercado negro se cotice a 24 veces su valor oficial.
Impacto en Cuba
Los analistas han pronosticado que la baja del petróleo eventualmente afectaría la dadivosidad del gobierno de Maduro para con Cuba, país cuya economía depende actualmente del envío de más de 100.000 barriles diarios de petróleo venezolano y de los generoso pagos de Caracas por los servicios de sus profesionales (más de 5.000 millones de dólares anuales).
Adriel Reyes, de Radio Martí, pidió opinión a tres economistas cubanos sobre las medidas de ajuste presupuestario anunciadas el viernes por el heredero político de Hugo Chávez:
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