El vicesecretario general del Servicio de Acción Exterior para Asuntos Económicos y Globales, Christian Leffler, dijo hoy que las relaciones entre la Unión Europea (UE) y Cuba están marcadas ahora por el "cambio y la continuidad".
"Las palabras claves en la situación del país y en nuestras relaciones son cambio y continuidad", señaló Leffler en un debate en la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, previo a la sexta ronda de negociaciones para un tratado bilateral, que tendrá lugar a finales de noviembre o principios de diciembre.
Leffler reconoció que ha habido cambios en las relaciones bilaterales con Cuba, en el propio país y en el contexto internacional, sobre todo en sus relaciones con Estados Unidos, pero advirtió que también existe "continuidad y fuerte deseo de sus líderes de mantener sus estructuras y sus políticas".
Esta continuidad "no siempre permite cumplir los objetivos de sus propios ciudadanos o de sus socios en el mundo", aseguró.
El acercamiento a Estados Unidos y la normalización de sus relaciones a nivel diplomático supone, según el representante comunitario, "un reto, pero también un apoyo" para que la UE y Cuba puedan profundizar sus relaciones.
En opinión de Leffler, la propia historia de Cuba en el siglo XX, de marcada dependencia de Estados Unidos o Rusia, ha dejado claro que al país no le interesa "poner todos los huevos en la misma cesta" en cuestiones comerciales y eso alimenta su interés por tener a la UE como socio.
"No debemos preocuparnos porque Cuba esté perdiendo el interés en la UE" porque mejoren sus relaciones con Estados Unidos, Rusia o China, continuó, al tiempo que sostuvo que "hay suficiente espacio para todos".
Leffler sí reconoció, no obstante, que las relaciones con Washington ocupan ahora buena parte de la agenda de La Habana y hacen que el país se sienta "más cómodo en sus posiciones", lo que en la práctica hace más difíciles las relaciones con la UE.
En cuanto al embargo que aplica Estados Unidos a Cuba, dijo que la Unión está completamente de acuerdo con el presidente estadounidense, Barack Obama, en que es "contraproducente".
Leffler considera que el embargo se está convirtiendo, además en un "obstáculo" para llevar a cabo las reformas económicas y la modernización que necesita Cuba, lo que tiene un "impacto negativo" en los intereses europeos.
Sobre el acuerdo que negocian la UE y Cuba, explicó que el progreso ha sido muy bueno en los pilares comercial y de cooperación, pero reconoció que en el político quedan cuestiones importantes por aclarar y sobre las que trabajar, sobre todo en materia de Derechos Humanos.
"Hay que ampliar el espacio para el debate público en interés de la propia sociedad cubana, para que haya un debate más amplio sobre cómo dar forma al futuro de su país", sostuvo.
Consideró "técnicamente posible" cerrar un acuerdo con Cuba en las próximas rondas de negociación si existe la voluntad política por parte de La Habana, pues aseguró que sí existe en la Unión Europea.
La UE adoptó su posición común frente a Cuba, que sigue en vigor, en diciembre de 1996, a iniciativa del entonces presidente del Gobierno español José María Aznar, e inició una política restrictiva que condicionaba el diálogo con la isla a avances en derechos y libertades.
Posteriormente, en abril del año pasado, Cuba y la UE iniciaron negociaciones para lograr un acuerdo de diálogo político y cooperación, lo que supondría el fin de la política actual.