Los topes de precios y el ejército de inspectores para vigilar que se respeten son vistos por la población como la más reciente cruzada del gobierno en contra de los productores y comerciantes privados.
Las nuevas medidas están causando ya una disminución en la oferta de alimentos disponibles para la población, aseguraron cubanos desde la isla en entrevista con Martí Noticias.
El Ministerio de Finanzas y Precios de Cuba mediante la resolución 225/2024 estableció el tope de precios a seis productos de alta demanda que se venden en las MIPYMES: pollo, aceite vegetal, leche en polvo, pastas alimenticias, salchichas y detergente en polvo.
La gobernadora de La Habana, Yanet Hernández Pérez, firmó una resolución el pasado 12 de julio para fijar los precios máximos de 21 productos en los mercados agropecuarios de la capital. A partir de ahora se comercializarán por libra de la manera siguiente: boniato, yuca y aguacate, 45 pesos; malanga Colocasia, 75 pesos; malanga Xanthosoma, 100 pesos; plátano vianda, frutabomba y piña, 50 pesos; plátano burro, plátano fruta, pepino, guayaba y mango, 40 pesos; calabaza, frutabomba verde y maíz tierno, 30 pesos; quimbombó, 65 pesos; habichuela, 60 pesos; frijol negro; 300 pesos; frijol colorado, 350 pesos, y arroz, 180.
Para su implementación ya se ha desplegado un ejército de inspectores en todo el país.
Es otra medida que va en contra de lo que necesita el país, afirma desde el Mariel, en Artemisa, el profesor Moisés Leonardo Rodríguez.
“Hay mucha menos oferta después de la genial idea de poner 20 mil cubanos más a poner multas, a intimidar a los particulares y a participar de la corrupción nacional. Los únicos que producen alimentos con eficiencia son los particulares, y nosotros seguimos pagando las consecuencias de sus políticas absurdas”, advierte el promotor de la organización opositora Corriente Martiana.
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El cuentapropista Vladimir Ríos Cruz reconoce que aunque son altos los precios de los alimentos en las bodeguitas privadas bautizadas como MIPYMES, es donde único se encuentran los alimentos.
Para él, las nuevas limitaciones a estos establecimientos particulares "lo que van a traer es hambre".
"En las bodegas olvídalo, ahí no hay nada, ni el azúcar del mes pasado vino, lo fundamental el aceite, el detergente, el aseo, todo esto viene de las MIPYMES”, apunta Ríos Cruz.
En la ciudad de Santa Clara, el operador de una cafetería privada, Yoel Espinosa Medrano, alerta que la medida impuesta no son buenas noticias. “Al toparle los precios, ya le están manejando el negocio a los trabajadores por cuenta propia como tal. Ellos lo que están es preparando el camino para una arremetida en contra del sector de trabajadores por cuenta propia y las grandes MIPYMES, que son las que tienen el control de la economía cubana hoy en día".
Para el asesor de emprendimiento, el sociólogo Ángel Marcelo Rodríguez Pita, este tope de precios perjudicará por igual a los emprendedores y a su clientela.
"Bueno esto tiene un significado bastante fuerte, negativo, sobre todo, digo esto porque la demanda se mantiene, pero la oferta indudablemente se ve dañada, se está dejando de vender por parte de los emprendedores", dijo.