El preso político Jorge Ernesto Pérez García, recluido en el Combinado del Este, abandonó la huelga de hambre que había comenzado el jueves en demanda de su excarcelación que, considera, le corresponde desde enero.
“Mi hijo me llamó por teléfono y me comunicó que no va a afectar su salud por la injusticia que se está cometiendo y al final no va a resolver nada [con la protesta], que va a esperar por la decisión del tribunal. Que él no tiene nada que ver con el juicio que está esperando pero no puede morir”, confirmó su madre Mercedes García, en conversación telefónica con Radio Televisión Martí.
Your browser doesn’t support HTML5
“La sanción ya la cumplió, pero lo mantienen en la cárcel a la espera del resultado de la apelación de la Fiscalía a la sentencia dictada y de otro juicio por tráfico de drogas, algo que él no hizo”, dijo ella.
En diciembre de 2020, el Tribunal Municipal de Plaza de la Revolución celebró la vista oral contra tres inculpados.
Jorge Ernesto Pérez García, junto a Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo, fueron imputados por los delitos de “difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires de carácter continuado” y “daños al patrimonio cultural”, por haber derramado sangre de cerdo en bustos del apóstol José Martí en la capital y en Santiago de Cuba.
Detenidos desde el 6 de enero de 2020, fueron mostrados en medios oficiales junto a los otros dos presuntos autores como miembros del grupo Clandestinos.
La Fiscalía también aseguró que los incriminados tomaron fotos que fueron enviadas a la ciudadana residente en Estados Unidos, Ana Olema Hernández. El organismo acusador aclaró que uno de los bustos está declarado "patrimonio cultural de la nación”.
Pidió 12 años para Rodríguez Baró, 10 para Prieto Tamayo y 6 para Pérez García.
El abogado de Pérez García negó la tipificación de los delitos imputados y pidió la adecuación del castigo. El tribunal condenó a Pérez García a un año de privación de libertad, pero la Fiscalía apeló.
Asimismo, la entidad de Justicia considera que dio por demostrado que los implicados habían comprado drogas con el dinero que les habían mandado desde el extranjero por la ejecución de “los eventos delictivos". Por esa acusación están sujetos a otro proceso penal.
“En la televisión cubana, sacaron a Panter aceptando que eran de su propiedad unos residuos de droga. Yo no tengo conocimiento de si fue presionado por la policía para que hiciera esas afirmaciones. Lo que sé es que ellos no traficaban”, dijo García.
“Clandestinos” había dicho en un comunicado que la sangre sobre Martí representaba el sufrimiento del pueblo cubano y llamó a pintar mensajes antigubernamentales y a denunciar a los “chivatos” (delatores).