La misión de la OMS para investigar el origen del coronavirus llega a Wuhan, China

Los suministros enviados por el Fondo de Población de la ONU llegaron el 26 de febrero a Wuhan, China, para su distribución en hospitales locales.

Trece de los quince expertos internacionales que conforman la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para encontrar el origen del virus SARS-CoV-2, que causa el COVID-19, llegaron a Wuhan el pasado jueves, informó el director de esa agencia.

Dos miembros de la delegación aún se encuentran en Singapur, después de dar positivo para anticuerpos del virus, pero negativo en las pruebas moleculares (PCR).

“Todos los integrantes del equipo tuvieron múltiples pruebas de anticuerpos y PCR negativas en sus países de origen antes de viajar. Los expertos que llegaron a Wuhan estarán en cuarentena durante las próximas dos semanas y comenzarán a trabajar de forma remota con sus homólogos en China. Luego continuarán su trabajo sobre el terreno durante dos semanas más”, detalló Tedros Adhanom Gebreyesus ante el Comité Internacional de Emergencias, reunido por sexta vez desde la aparición del COVID-19.

El Comité, que se prevé extenderá la declaración de emergencia internacional del COVID-19, también emitirá recomendaciones sobre la reciente aparición de nuevas variantes del virus SARS-CoV-2, así como sobre el posible uso de certificados de vacunación y pruebas para viajes internacionales.

“Un tema une a ambas cuestiones: la solidaridad. No podemos darnos el lujo de priorizar o castigar a ciertos grupos o países. Todos estamos juntos en esto, y todos debemos salir juntos”, expresó el director de la OMS.

Una situación que se recrudece

En la primera reunión del Comité se habían reportado solo 557 casos a nivel mundial, un año después la cifra asciende a más de 90 millones y casi 2 millones de muertes.

“Estoy seguro de que, al igual que yo, su principal esperanza y deseo para 2021 es que juntos podamos poner fin a la pandemia y ayudar a restablecer el sentido de normalidad en todos los países. El lanzamiento de vacunas, por supuesto, nos da a todos la esperanza de que haya luz al final del túnel. El enfoque más urgente de la OMS ahora es garantizar que todos los países tengan acceso a las vacunas de manera equitativa”, recalcó Tedros.

El director de la OMS aseguró ahora se ve una conciencia mundial mucho mayor de los enfoques de salud pública basados en la ciencia para responder a la pandemia.

“También vemos un mayor compromiso y aceptación de las personas y las comunidades para desempeñar su papel en la seguridad propia y en la de los demás”, dijo, advirtiendo, sin embargo, que los países deben ser cuidadosos al informar sobre los riesgos.

“Los mensajes deben ser positivos y explicar las acciones, los plazos y los esfuerzos de mitigación. Como todos sabemos, esto es clave para cualquier intervención de salud pública”, acotó.

Tedros instó a los países a concentrarse en los entornos con mayor riesgo de transmisión y establecer estrategias de respuesta sostenibles, así como a medir y monitorear el impacto de las intervenciones para aprender para el futuro.

Aún no se puede calcular la repercusión del periodo de vacaciones en Europa

Más de 280 millones de personas de Europa están viviendo ahora mismo en países con medidas de bloqueo totales, y más gobiernos están listos para anunciar nuevos confinamientos la próxima semana, indicó el director de la OMS para esa región.

Hans Kluge señaló que los casos en la región ascienden a 26 millones, con más de 580.000 muertes confirmadas en 2020, y que la transmisión en las últimas semanas se ha mantenido con tasas muy elevadas.

“Cuando hay signos de estabilización o incluso una disminución de la incidencia en algunos países, esto debe tomarse con cierta cautela. Aún no se puede determinar el impacto del período de vacaciones, de las reuniones de familias y comunidades, y cualquier relajación del distanciamiento físico y el comportamiento de uso de mascarillas. Las actividades de testeo también pueden haber sido menores durante la temporada festiva, lo que ha resultado en una imagen incompleta de la situación epidemiológica actual”, alertó.

El experto añadió que a esto se le suma la preocupación de 25 países de la región, incluida Rusia, que informaron sobre una nueva cepa del virus.

“Esta variante es "preocupante" ya que ha aumentado la transmisibilidad. Hasta ahora, entendemos que no hay un cambio significativo en la enfermedad, lo que significa que el COVID-19 no es ni más ni menos grave. Se propaga a todos los grupos de edad y los niños no parecen estar en mayor riesgo”, apuntó.

Kluge señaló que debido a la situación, se debe hacer más de lo que ya se ha hecho para intensificar las medidas sociales y de salud pública durante un corto periodo con el objetivo de estar seguros de que se pueda aplanar la curva.

“Son las medidas básicas con las que todos estamos familiarizados las que deben intensificarse para reducir la transmisión, eliminar la tensión y salvar vidas. Adherirse al uso generalizado de mascarillas, limitar el número de reuniones sociales, el distanciamiento físico y el lavado de manos, junto con los sistemas adecuados de prueba y rastreo, el apoyo adecuado para la cuarentena y el aislamiento, y cada vez más la vacunación, funcionará si todos nos involucramos”, explicó.

La inequidad de las vacunas

El 95% de los 23,5 millones de dosis de vacunas administradas hasta ahora a nivel mundial se han administrado en diez países, dijo el director regional de la OMS.

“Estamos haciendo grandes esfuerzos para que las vacunas lleguen a todas las naciones; para ello, necesitamos a todos los países capaces de contribuir, donar y apoyar el acceso equitativo y el despliegue de las vacunas. Simplemente no podemos permitirnos dejar atrás a ningún país, a ninguna comunidad”, enfatizó.

Agregó que, hasta la fecha, 31 países de la región europea de la OMS han comenzado a implementar campañas de vacunación. Sin embargo, dado el suministro limitado de vacunas y la carga cada vez mayor sobre los sistemas de salud, es vital darle prioridad al personal sanitario y a quienes estén en mayor riesgo en las comunidades.

“Ya sea la asignación y la priorización de vacunas, el acceso a suministros y pruebas médicas o las medidas y políticas de salud pública para controlar la pandemia, tenemos la responsabilidad de basar las decisiones en los valores fundamentales que están en el corazón de la humanidad: solidaridad, equidad y justicia social. Es la única forma de salir de estos tiempos inciertos porque nadie estará a salvo hasta que todos estén a salvo”, concluyó.