Eddy Álvarez compite como velocista en patinaje sobre hielo en los juegos de Sochi. Sus patines llevan una bandera cubana.
Eddy Álvarez, un cubano-americano de 23 años criado en Coral Gables, Miami, compite en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014. Su especialidad es el patinaje sobre hielo de velocidad, en la distancia de 500 metros.
No es la primera vez que un cubano forma parte del equipo estadounidense en los juegos de invierno. Ya lo había hecho la también patinadora de velocidad Jennifer Rodríguez, quien participó en cuatro ocasiones, y dos veces obtuvo medalla de bronce.
Sus admiradores llaman al muchacho de Coral Gables "Eddy The Jet". Sus padres, como buenos cubanos, lo acompañan y animan en cada competencia. Estel sábado viajarán a Sochi.
Mientras crecía en Miami, aprendió a usar patines lineales, con los que competía con mucho éxito desde la edad de 6 años.
Su presencia en los XXII Juegos Olímpicos de Invierno, como parte del equipo de EE.UU., es casi un milagro, pues lo hace luego de recuperarse de complejas cirugías en sus rodillas para repararle dolorosos desgarramientos de los tendones que estuvieron a punto de apartarlo del deporte.
Cuando compite, piensa en aquellas noches de desvelo, inmovilizado en su cama, en las que sentía que odiaba la vida: “Estaba en un agujero, sin esperanzas. Ha sido un largo camino, que ha valido la pena”.
En entrevista con la cadena NBC, el cubano agradeció especialmente a su padre, quien lo alentó a seguir intentando cumplir su sueño olímpico.
“Mi papá… ese sí es un cubano”, dijo el joven, medallista de bronce en los 500 metros en la Copa Mundial 2013, celebrada en Shanghai, y ganador con sus compañeros de equipo de la medalla de oro en el relevo de 5.000 metros.
Álvarez también juega béisbol, y tiene un buen swing bateando a la izquierda, lo que le valió una oferta de beca para que jugara el campoorto conla Universidad de St. Thomas. Pero la rechazó, en pos de cumplir su sueño sobre el hielo.
No es la primera vez que un cubano forma parte del equipo estadounidense en los juegos de invierno. Ya lo había hecho la también patinadora de velocidad Jennifer Rodríguez, quien participó en cuatro ocasiones, y dos veces obtuvo medalla de bronce.
Mientras crecía en Miami, aprendió a usar patines lineales, con los que competía con mucho éxito desde la edad de 6 años.
Su presencia en los XXII Juegos Olímpicos de Invierno, como parte del equipo de EE.UU., es casi un milagro, pues lo hace luego de recuperarse de complejas cirugías en sus rodillas para repararle dolorosos desgarramientos de los tendones que estuvieron a punto de apartarlo del deporte.
Cuando compite, piensa en aquellas noches de desvelo, inmovilizado en su cama, en las que sentía que odiaba la vida: “Estaba en un agujero, sin esperanzas. Ha sido un largo camino, que ha valido la pena”.
En entrevista con la cadena NBC, el cubano agradeció especialmente a su padre, quien lo alentó a seguir intentando cumplir su sueño olímpico.
“Mi papá… ese sí es un cubano”, dijo el joven, medallista de bronce en los 500 metros en la Copa Mundial 2013, celebrada en Shanghai, y ganador con sus compañeros de equipo de la medalla de oro en el relevo de 5.000 metros.
Álvarez también juega béisbol, y tiene un buen swing bateando a la izquierda, lo que le valió una oferta de beca para que jugara el campoorto conla Universidad de St. Thomas. Pero la rechazó, en pos de cumplir su sueño sobre el hielo.