Fabio Abrego estaba en camino a su trabajo y esperaba un autobús a eso de las 4:00 a.m. en Gualaca, una provincia de Chiriquí, en Panamá, a unos 50 kilómetros de la frontera de Costa Rica, cuando escuchó el frenazo agudo de un vehículo. A los minutos todo era llantos, gritos y ruido.
Abrego fue uno de los testigos del accidente de tránsito ocurrido en la zona cuando un autobús que transportaba a unos 66 migrantes a un albergue de Migración en Los Planes, se despeñó por un barranco.
“Yo escuché al bus…. frenó, y escuché la bulla. Vi a dos niños muertos abajo y una señora que quedó atrapada arriba del vidrio del autobús. Había un hombre que estaba sin mano, otro estaba sin cabeza tirado al otro lado… fue traumático”, dijo Abrego a la Voz de América.
En total han muerto al menos 41 personas, según el último informe emitido el jueves por tarde por el gobierno de Panamá, y unas 22 están siendo atendidas en diversos hospitales del país.
La mayoría de los pasajeros que viajaban en el autobús accidentado eran migrantes de Ecuador, Haití y Venezuela, informaron el jueves las autoridades panameñas.
Uno de los peores accidentes en los últimos años
El accidente, que ha sido considerado por médicos y lugareños como una de las peores tragedias en los últimos 30 años en Panamá, también ha movilizado al gobierno, quien dispuso los hospitales de la localidad para atender a los migrantes.
De acuerdo con el gobierno panameño, del total de los 66 migrantes transportados en el autobus que se accidentó, 22 son de Ecuador, 16 de Haití, 11 de Venezuela, 6 de Brasil, 5 de Colombia, 2 de Camerún, 2 de Cuba y 1 de Nigeria.
Rolando Gabriel, director médico del hospital Rafael Hernández, donde se encuentran hospitalizados los pacientes que sobrevivieron dijo a la VOA que 8 de estos están en cuidados intensivos y los demás en la sala de cirugía producto del accidente.
“Ayer (miércoles) hubo como 65 personas, todo el personal del hospital estaba preparado para esto”, dijo el médico a la VOA. “Afortunadamente estábamos preparados y todos los servicios estuvieron bien, desde camilleros hasta ambulancias y paramédicos, la gente de medicina interna, cirugía y ortopedia, cuidados intensivos, neurocirujanos estaban en el cuarto de urgencias y todos los residentes entraban a ver qué podían hacer en el cuarto de urgencias”.
El especialista indicó que hay pacientes que están estables, pero en condición delicada y varios presentan fracturas “de todo tipo”.
“Hay un paciente que tenía fracturas múltiples en un solo brazo. La mayor parte de ellos son fracturas en las piernas, fracturas de pelvis, de húmero, de hombro, que son las más comunes que encontramos y politraumas en cirugía que están en observación”, explicó.
Andoni Morales, un conductor de la zona, dijo que en el lugar del accidente a menudo ocurren por la neblina y “por el exceso de confianza” de algunos conductores.
“Es una zona montañosa. En ocasiones se hace mucha neblina. Pienso yo que mucho exceso de confianza, más que todo, es muy peligroso. La gente no conoce la calle, se confía y en cualquier momento te puede sorprender una curva, como en el caso de lo que le pasó al bus”.
“Se presume que el señor se pasó de la entrada del centro de migrantes… luego fue a dar la vuelta y lo sorprendió la curva, venía en exceso de velocidad también. Es lo que se dicen”, añadió.
Además de los migrantes, hay dos personas panameñas que viajaban en el autobús que fallecieron, al igual que el conductor.