La actividad de pescador comercial privado, no está entre las 201 modalidades de trabajo independiente autorizadas por el gobierno. El Estado cubano tiene el monopolio de la pesca comercial.
Las Tropas Guardafronteras de la provincia de Pinar del Río han decomisado en lo que va de año más de 8,000 metros de redes y 219 embarcaciones rústicas a pescadores que abastecen el mercado negro, afirmó Nelson Rodríguez, director de la Oficina Nacional de Inspección Pesquera (ONIP) en esa región.
Rodríguez dijo que además del decomiso de numerosos medios y artes de pesca, se impusieron 554 multas a los infractores, por un monto superior a los 500 mil pesos.
La actividad de pescador comercial privado, no está entre las 201 modalidades de trabajo independiente autorizadas por el gobierno, que sólo otorga licencias de pesca deportiva, con sus correspondientes limitaciones en el número y tipo de capturas.
El Estado cubano tiene el monopolio de la pesca comercial a través de sus empresas que seleccionan para la exportación las mejores especies de pescados y mariscos y venden en el mercado nacional la de menor calidad.
Aunque los paladares y cafeterías privadas ya suman más que los establecimientos gastronómicos del Estado, no reciben suministros de pescados o mariscos de las entidades estatales a precios mayoristas, por lo que deben comprarlos en el mercado de divisas o acudir al mercado negro que los abastece.
La “pesca furtiva” -como la califican las autoridades-, ha tenido un notable incremento en los últimos años en toda la isla, aparejado al aumento del número de centros de elaboración de alimentos y pequeños restaurantes privados.
“La pesca furtiva causa serios daños a la economía nacional y sus recursos naturales; los individuos dedicados a esta actividad ilegal extraen cada año de nuestros mares miles de toneladas de especies de alto valor comercial, afectan los planes de captura para el consumo interno y además los ingresos en divisas del país”, indica el Decreto Ley 194 del Consejo de Estado sobre las regulaciones de pesca.
Sonia Gómez Arago, directora de Mercado y Desarrollo de Gómez de la empresa estatal Caribex que comercializa los mariscos y pescados cubanos afirmó en días pasados que la empresa genera anualmente alrededor de 70 millones de dólares, con sus ventas al exterior en Europa, Canadá y Asia, “fundamentalmente en China, donde la langosta cubana ha ganado en la preferencia de los consumidores, por lo cual crece su demanda”.
Las más recientes cifras divulgadas por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) de Cuba publicadas en el Anuario Estadístico de Cuba 2012, revelan que ese año hubo una captura de 48,500 toneladas de pescados y otras especies, de las cuales 24,000 toneladas corresponden a la tenca, claria, tilapia y carpia que se destinan al consumo nacional.
El resto de la captura, estuvo compuesto de 4,500 toneladas de langosta, 3,500 de camarones y unas 5,000 toneladas de pargo, cherna, biajaiba y rabirrubia, entre otros.
Según el capitán, Yunior Plasencia, de la jefatura del Destacamento de Tropas Guardafronteras de Pinar del Río, la pesca ilegal ha causado estragos en el plano económico debido “al saqueo de las jaulas que la Empresa La Coloma ubica en el mar para la captura de la langosta”.
Plasencia aseguró que “entre el 2013 y lo que va de año fueron ocupadas más de 13 toneladas de langosta provenientes de esta práctica, pero se desconoce la cantidad que pudo haber escapado a los controles”.
Precisamente en La Coloma, está ubicada la empresa pesquera industrial que “posee la planta más moderna y económica de Latinoamérica”, y según el semanario cubano de negocios Opciones, “tiene posibilidades de procesar diariamente más de 30 toneladas de renglones del mar, con destino a la exportación”.
La teniente coronel, Imandra Oceguera Coll, de la Jefatura de Tropas Guardafronteras, informó a medios locales de prensa en días pasados que en el 2013 se consignaron “2,957 casos de pescadores furtivos, se decomisaron 4,883 embarcaciones y 251,901 metros de artes de pesca masiva, junto con 11 toneladas de langosta, 3,330 kilogramos de camarón, 3,740 kilogramos de quelonio y 18,026 de pescado, entre ellos, de pargo, cherna, jiguagua y picúa”.
De acuerdo con cifras oficiales en el 2011 se registraron 996 casos y en el 2012 se duplicó el número de pescadores furtivos, al consignarse 1,985 casos.
“A pesar del constante enfrentamiento a las ilegalidades que desarrollan nuestras fuerzas, en coordinación con otras entidades e instituciones del país, este incremento en las ilegalidades se debe, en gran medida, a la alta demanda que tienen productos como la langosta y el camarón en el mercado informal, lo que atenta contra renglones fundamentales de nuestra economía y además, conlleva consecuencias nefastas en la ecología marina”, afirmó Oceguera.
Rodríguez dijo que además del decomiso de numerosos medios y artes de pesca, se impusieron 554 multas a los infractores, por un monto superior a los 500 mil pesos.
La actividad de pescador comercial privado, no está entre las 201 modalidades de trabajo independiente autorizadas por el gobierno, que sólo otorga licencias de pesca deportiva, con sus correspondientes limitaciones en el número y tipo de capturas.
El Estado cubano tiene el monopolio de la pesca comercial a través de sus empresas que seleccionan para la exportación las mejores especies de pescados y mariscos y venden en el mercado nacional la de menor calidad.
Aunque los paladares y cafeterías privadas ya suman más que los establecimientos gastronómicos del Estado, no reciben suministros de pescados o mariscos de las entidades estatales a precios mayoristas, por lo que deben comprarlos en el mercado de divisas o acudir al mercado negro que los abastece.
La “pesca furtiva” -como la califican las autoridades-, ha tenido un notable incremento en los últimos años en toda la isla, aparejado al aumento del número de centros de elaboración de alimentos y pequeños restaurantes privados.
“La pesca furtiva causa serios daños a la economía nacional y sus recursos naturales; los individuos dedicados a esta actividad ilegal extraen cada año de nuestros mares miles de toneladas de especies de alto valor comercial, afectan los planes de captura para el consumo interno y además los ingresos en divisas del país”, indica el Decreto Ley 194 del Consejo de Estado sobre las regulaciones de pesca.
Sonia Gómez Arago, directora de Mercado y Desarrollo de Gómez de la empresa estatal Caribex que comercializa los mariscos y pescados cubanos afirmó en días pasados que la empresa genera anualmente alrededor de 70 millones de dólares, con sus ventas al exterior en Europa, Canadá y Asia, “fundamentalmente en China, donde la langosta cubana ha ganado en la preferencia de los consumidores, por lo cual crece su demanda”.
Las más recientes cifras divulgadas por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) de Cuba publicadas en el Anuario Estadístico de Cuba 2012, revelan que ese año hubo una captura de 48,500 toneladas de pescados y otras especies, de las cuales 24,000 toneladas corresponden a la tenca, claria, tilapia y carpia que se destinan al consumo nacional.
El resto de la captura, estuvo compuesto de 4,500 toneladas de langosta, 3,500 de camarones y unas 5,000 toneladas de pargo, cherna, biajaiba y rabirrubia, entre otros.
Según el capitán, Yunior Plasencia, de la jefatura del Destacamento de Tropas Guardafronteras de Pinar del Río, la pesca ilegal ha causado estragos en el plano económico debido “al saqueo de las jaulas que la Empresa La Coloma ubica en el mar para la captura de la langosta”.
Plasencia aseguró que “entre el 2013 y lo que va de año fueron ocupadas más de 13 toneladas de langosta provenientes de esta práctica, pero se desconoce la cantidad que pudo haber escapado a los controles”.
Precisamente en La Coloma, está ubicada la empresa pesquera industrial que “posee la planta más moderna y económica de Latinoamérica”, y según el semanario cubano de negocios Opciones, “tiene posibilidades de procesar diariamente más de 30 toneladas de renglones del mar, con destino a la exportación”.
La teniente coronel, Imandra Oceguera Coll, de la Jefatura de Tropas Guardafronteras, informó a medios locales de prensa en días pasados que en el 2013 se consignaron “2,957 casos de pescadores furtivos, se decomisaron 4,883 embarcaciones y 251,901 metros de artes de pesca masiva, junto con 11 toneladas de langosta, 3,330 kilogramos de camarón, 3,740 kilogramos de quelonio y 18,026 de pescado, entre ellos, de pargo, cherna, jiguagua y picúa”.
De acuerdo con cifras oficiales en el 2011 se registraron 996 casos y en el 2012 se duplicó el número de pescadores furtivos, al consignarse 1,985 casos.
“A pesar del constante enfrentamiento a las ilegalidades que desarrollan nuestras fuerzas, en coordinación con otras entidades e instituciones del país, este incremento en las ilegalidades se debe, en gran medida, a la alta demanda que tienen productos como la langosta y el camarón en el mercado informal, lo que atenta contra renglones fundamentales de nuestra economía y además, conlleva consecuencias nefastas en la ecología marina”, afirmó Oceguera.