Un organismo denominado como ‘Junta de Supervisión’ a la compañía Meta, (Facebook, Instagram, Threads, WhatsApp), anuló una decisión tomada por esta empresa el 24 de febrero del año en curso, en la que se eliminó de Instagram un video de una protesta en Cuba, por tener frases que, según Meta, promovían el discurso de odio.
La decisión del organismo señaló que “en países donde existen fuertes restricciones a los derechos de las personas a la libertad de expresión y reunión pacífica, es fundamental que las redes sociales protejan la voz de los usuarios, especialmente en tiempos de protesta política”.
El video en cuestión fue publicado por una plataforma cubana de noticias, cuyo nombre aún no ha sido revelado.
La Junta de Supervisión fue creada en noviembre del 2018 para moderar el contenido en redes sociales, brindar supervisión y rendición de cuentas por parte de una fuente externa, y aumentar la transparencia sobre la libertad de expresión en línea, además de garantizar que esos derechos se respeten adecuadamente.
El video borrado había sido publicado siete meses antes, en julio del 2022, y mostraba a una mujer protestando desde Cuba contra el gobierno de ese país, e invitando a otras mujeres a que se sumaran a su manifestación.
Según el informe de la Junta de Supervisión, en un momento, la mujer dice que en Cuba no se puede contar con los hombres porque son “ratas”, luego indica que los hombres en Cuba son “yeguas” que cargan excrementos humanos. El vídeo se reprodujo más de 90 mil veces, se compartió en casi mil ocasiones.
El video en cuestión fue publicado en los días cercanos al primer aniversario de las protestas del 11J contra las restricciones a las libertades fundamentales, la respuesta del gobierno cubano a la pandemia del Covid-19 y las dificultades cotidianas económicas, sociales y de salubridad de los ciudadanos. La publicación se dio solo días después de que un adolescente afrocubano fuera asesinado en un incidente que involucró a la policía. La mujer que hablaba en el video, hacía referencia al homicidio, al indicar que "no podemos seguir permitiendo el asesinato de nuestros hijos".
Una semana después de esta publicación, un usuario de Instagram, denominado por Meta como ‘clasificador de discurso hostil’, identificó el contenido como una posible violación de las políticas de Meta y lo envió para revisión. Al día siguiente, un moderador de Meta revisó el contenido y dictaminó que la publicación violaba una regla comunitaria enmarcada en el discurso de odio, específicamente cuando la mujer comparaba a los hombres con “ratas y yeguas”.
El caso fue revisado posteriormente por dos moderadores adicionales, quienes coincidieron con la decisión inicial. Pero no fue sino hasta siete meses después, el 24 de febrero del 2023, que el video fue eliminado de Instagram.
El informe señaló que este retraso fue causado por una demora en el programa de revisión secundaria de respuesta temprana de Meta bajo el sistema de verificación cruzada. Según la explicación dada por la Junta de Supervisión, este sistema de Meta proporciona capas adicionales de revisión humana mientras mantiene el contenido en línea, especialmente para ciertas publicaciones que violan las políticas de la empresa.
El mismo día que se eliminó el contenido, la cuenta que subió el video a Instagram apeló la decisión de Meta. El contenido fue revisado nuevamente por un moderador, quien el 26 de febrero confirmó el fallo inicial. De acuerdo al informe, el contenido no se remitió a expertos en políticas internas para una revisión adicional en este momento.
La cuenta de noticias afectada apeló nuevamente la decisión, pero esta vez ante la Junta de Supervisión. En su apelación ante la Junta, enfatizaron que la mujer del video se refería a las protestas de julio del 2021 y sugirieron que la mujer estaba “pidiendo a los hombres cubanos que hicieran algo para resolver la crisis socioeconómica”. También abogaron por que las plataformas de redes sociales “comprendan mejor la crítica situación en Cuba”.
Comentarios públicos sobre el caso
Para decidir la apelación, la Junta de Supervisión estableció un proceso público con el fin de recibir comentarios externos sobre el caso, y así tomar una decisión final. El organismo recibió al menos 19 comentarios relevantes (5 de Europa, 9 de Estados Unidos y Canadá, 3 de Latinoamérica, 1 del Medio Oriente y el Norte de África, y 1 de Oceanía). Entre los comentarios se incluyen los de algunos funcionarios de Human Rights Watch, Cuban Research Institute, Prisoners Defenders International, Diario de Cuba y Human Rights Foundation, entre otros.
“En Cuba, el régimen no solo impide la libertad de expresión, ejerce la censura digital y reprime a los ciudadanos que discrepan de la situación política, social y económica, sino que es el principal promotor de los discursos de odio: por un lado, ejerciéndolo abiertamente mediante sus voceros e intoxicando la discusión pública en ambientes de protesta mediante agentes infiltrados entre los manifestantes; por otro, normalizando ese lenguaje a través de una educación y de una prensa ideologizadas y totalitarias, que constantemente apelan a estigmatizar a los ciudadanos que disienten, a los que históricamente han llamado ‘escorias’, ‘gusanos’, etc. Como resultado, generaciones enteras de cubanos han crecido y se han educado ‘dentro’ del lenguaje de odio, algo que requerirá un gran esfuerzo, mucho tiempo y labor pedagógica para ser revertido”, indicó en sus comentarios públicos Pablo Díaz Espí, de Diario de Cuba.
Por su parte, Sebastián Arcos, director asociado del Cuba Research Institute en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), indicó:
“No soy un usuario de redes sociales, pero estoy familiarizado con el debate en curso sobre el delicado equilibrio entre el abuso de las redes sociales para difundir información falsa o discurso de odio, y proteger la libertad de expresión y la libertad de prensa. Creo que las redes sociales deberían priorizar la protección de estas libertades, especialmente cuando abordan contextos caracterizados por un espacio cívico restringido, como es el caso en la Cuba de hoy. Creo que la decisión de Meta de eliminar este contenido en particular es incorrecta”.
Otro de los comentarios publicados en el informe, enfatizó que los adjetivos usados por los oprimidos contra los opresores no son discurso de odio en ningún momento.
“Los hombres son el grupo gobernante en todos los países de este mundo, ellos controlan gobierno, expresión, empleo en casi todos los países. Ellos son la clase gobernante. Llamar ‘rata’ a una persona no es discurso de odio cuando no eres parte de la clase gobernante. Francamente, no es un discurso de odio y punto. Ni siquiera entiendo cómo alguien puede pensar en ‘rata’ como un discurso de odio. Amenazar con dañar/matar a alguien sí es un discurso de odio. Llamar a alguien por un nombre, especialmente al grupo con mayor poder, no puede nunca considerarse discurso de odio. Es ridículo incluso pretender que lo es. No sé a quiénes contrataron para decidir esto o cómo sus reglas sobre el 'discurso de odio' pueden ser tan ridículas. Llamar a los opresores así no es un discurso de odio, son los oprimidos enumerando lo que sienten acerca de sus opresores”, adujo Kirsten Zielinski.
Resultados clave
La Junta de Supervisión consideró en su informe que el video no pretendía deshumanizar a los hombres en función de su sexo, desencadenar violencia contra ellos o excluirlos de las conversaciones sobre las protestas cubanas. La publicación pretendía sin ambigüedades llamar la atención sobre la opinión de la mujer sobre el comportamiento de los hombres cubanos en el contexto de las históricas manifestaciones iniciadas en julio de 2021. Con la mujer utilizando lenguaje como “ratas” o “yeguas” para dar a entender cobardía, y para expresar su frustración personal por su comportamiento.
El informe adujo además que el uso del hashtag #SOSCuba, publicado por el usuario para llamar la atención sobre las crisis económicas, políticas y humanitarias que enfrentan los cubanos, establece que las protestas son un punto de referencia histórica.
“A la Junta le preocupa cómo se tiene en cuenta la información contextual en las decisiones de Meta sobre el contenido que sí se beneficia de una revisión humana adicional. En este caso, a pesar de que el contenido se sometió a una revisión intensificada (un proceso que se supone que ofrece mejores resultados), Meta aún no logró hacerlo bien”, señaló el reporte.
El informe aduce también que Meta debe garantizar que tanto sus sistemas automatizados como sus revisores de contenido puedan tener en cuenta la información contextual en su proceso de toma de decisiones.
“En este caso, era particularmente importante proteger el contenido. Cuba se caracteriza por espacios cívicos cerrados, por lo que los riesgos asociados con la disidencia son altos y el acceso a Internet es muy restringido. Meta debería considerar cómo el contexto influye en sus políticas y la forma en que se aplican”.
Tras la anulación de la decisión de Meta, la Junta de Supervisión ha indicado que el video debe ser subido nuevamente a la cuenta de Instagram del sitio de noticias afectado, además de hacer varias recomendaciones que Meta deberá seguir, entre las que se hallan el uso de personal especializado y la mejora del flujo de trabajo en materia de Derechos Humanos, la actualización de la guía interna proporcionada a los revisores de contenido cuando sea relevante para que la empresa aborde cualquier falta de claridad, lagunas o inconsistencias que puedan resultar en errores de aplicación, como el de este caso; entre otras más.
El informe indicó que para la decisión final de este caso, la Junta contó con la asistencia de un instituto de investigación independiente con sede en la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, que cuenta con un equipo de más de 50 científicos sociales de seis continentes, así como de más de 3.200 expertos de todo el mundo.