El siguiente se supone que es el último despacho noticioso, en lo que concierne a Panamá, sobre la crisis migratoria de los cubanos varados en Centroamérica:
"El Gobierno de Panamá concluyó este sábado (12 de marzo) el traslado a México de 1.301 cubanos que se encontraban varados a la espera de seguir su camino hacia Estados Unidos, informó a la agencia Efe una fuente oficial".
"Menos de 300 cubanos partieron este sábado en un vuelo comercial desde el aeropuerto internacional de Tocumen, en la capital panameña, poniendo fin a una operación calificada de 'exitosa' por parte del Gobierno panameño".
¿Fin? En Puerto Obaldía, cerca de la frontera con Colombia, ya hay otros mil cubanos. Y siguen llegando, entre 100 y 200 diarios.
Son, como los que les precedieron, seres humanos que buscan un futuro mejor que el presente repetitivo y sin fin que les ofrecía su propio país.
Vienen de sufrir una extorsión tras otra a manos de "los malos" de la película (los contrabandistas de personas), como también de "los buenos" (corruptos "agentes del orden").
Vienen del desasosiego del tránsito clandestino, del espanto de temer ahogarse en el mar o ser asesinados; del agotamiento de las caminatas y el calor de la selva; de los azares e inclemencias de un viaje, por ilegal, costoso, inseguro, imprevisible.
Ahora, al llegar a su segunda meta volante, en Panamá, se encuentran con que todos los migrantes son seres humanos, pero unos al parecer lo son más que otros. No importa si todos, hombres, mujeres y sus hijos, vienen huyendo vía Ecuador de la misma desesperanza, del mismo tiempo congelado.
Un cartel pegado en una pared del Departamento de Migración en Puerto Obaldía, cerca de la frontera con Colombia, grita en altas a estos cubanos que han llegado tarde:
"SEÑORES CUBANOS, NO HAY ALBERGUES EN PANAMÁ NI VUELOS HACIA MÉXICO. SU VIAJE SERÁ POR SUS PROPIOS MEDIOS
SERVICIO NACIONAL DE MIGRACIÓN"
Ni siquiera ha importado que hubieran sido contactados y atendidos por las autoridades istmeñas antes que concluyera lo que se describió como una solución regional única, una lotería que en ese país se ganaron los 1.301 que cita el cable de EFE, los que alcanzaron a ser inscritos en un censo de Migración..
El jueves, un grupo que estaba hospedado en el hotel Millenium de Paso Canoas, Chiriquí, fue desalojado y abandonado a su suerte, contó a Radio Martí una de los desalojados, Maipú Jaime Rodríguez, de La Habana. Sólo se quedaron en el hostal algunos que sí están en la lista.
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No desarmen todavía las carpas
Para que se solucione el problema de la interminable y masiva emigración cubana no se necesita una solución regional temporal, sino una definitiva, que vaya a la raíz del problema en Cuba. Mientras no la haya, el éxodo seguirá.
La solución regional, en la que participó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y que se dijo obedecía a razones humanitarias, debió –debería─ tener en cuenta que ya habían viajado a Ecuador, quemando las naves detrás de ellos, unos 40.000 cubanos, la mayoría con la misma idea fija: Llegar a Estados Unidos atravesando medio continente americano.
Pero en Cuba hay un dicho para cuando uno no quiere responsabilidades ajenas: "Ese es su maletín". Y para los gobiernos del área que ya salieron de la (primera) crisis, el maletín de los problemas de Cuba les pertenece a los cubanos. Que siguen sin otra esperanza de resolverlos que no sea emigrar.
A Puerto Obaldía, localidad panameña cercana a la frontera con Colombia, siguen llegando entre 100 y 200 cubanos por día. Lo confirmaba el viernes el diario istmeño El Siglo:
"Más de 800 inmigrantes, cubanos en su mayoría, y otros procedentes de África (Ghana y Senegal) llegaron a Panamá esta semana, procedentes de Colombia”.
"Se les puede observar en el parque y frente a la escuela de La Miel, comunidad Guna. Allí están siendo retenidos por los miembros del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront)".
Cristian Hayer, director de Senafront, confirmó que nuevamente La Miel y Puerto Obaldía están repletos de cubanos. Sostuvo, que es inevitable la llegada de estos inmigrantes.
"'Están por todas partes, duermen en las carpas que se colocaron en la crisis pasada. Y estamos esperando lo de sus pasajes para trasladarlos a la capital, no los podemos dejar en estas comunidades limítrofes', comentó Hayer, que el 15 de febrero tomó el mando de Senafront".
"Nada parece detener el arribo de estos extranjeros, cuya meta es llegar a Estados Unidos. El pasado lunes la canciller de Panamá, Isabel de Saint Malo, había señalado que se abstuvieran de cruzar por Centroamérica, por el tema de la frontera cerrada en Nicaragua (bloqueada desde el 15 de noviembre pasado). Indicando que era un riesgo".
"Estos inmigrantes quedarían fuera del acuerdo entre el Gobierno de Panamá y México, de enviar a los 1.301 cubanos que estaban varados en Paso Canoas hacia Juárez".
De vuelta a la pesadilla
Cuando Migración de Panamá insta a estos desafortunados que no hicieron el corte a seguir viaje por sus propios medios, les está empujando a continuar arrostrando, en los más de 4.000 kilómetros que les quedan por delante hasta la frontera México-EEUU, la pesadilla que ya vivieron en Colombia.
El siguiente testimonio lo envió el jueves a Martí Noticias un cubano (le llamaremos V.G.) que vio desvanecerse, tras llegar a Panamá a mediados de febrero, la única oportunidad para concluir su odisea de una manera, si no legal, por lo menos ordenada y segura:
"Ahorita mismo me encuentro en Puerto Obaldía, en Panamá, ya que al no recibir respuesta de nadie a los que le pedí me ayudaran con mi situación de indocumentado en Ecuador, por más de 6 años que estuve allá, pues me decidí a venirme a Panamá para tratar de llegar a los Estados Unidos, que es donde único podré tener papeles y legalidad de nuevo".
"Le informo que aquí hay ya más de mil cubanos y cada día siguen llegando de 100 a 200 por la selva. Yo viajo mañana a Ciudad Panamá para reunirme con los demás que están saliendo de aquí hacia Paso Canoas, pero estamos muy preocupados porque desde hace dos días pusieron en la pared exterior de la oficina de migración de aquí en Puerto Obaldía el cartel que a continuación le envío en fotos que tomé con mi celular, y donde dice que no hay albergues en Paso Canoas para nosotros, ni vuelos a México, y que debemos seguir por nuestros propios medios".
"Entonces, este gobierno, que nos recibieron y dieron entrada luego del censo de los que salieron, nos abandona a los cubanos, y sabiendo ellos que Costa Rica y Nicaragua están cerrados, pues nos dicen que sigamos por nuestros propios medios, cosa que saben que sólo es posible pagando a coyotes y continuar de forma ilegal por esos países".
"Necesitamos nos ayuden dando esta noticia de la situación grave que enfrentamos los que quedamos aquí varados, fuera del censo de los que ya viajaron a México, y que estamos ahora, desde esta semana, saliendo de Puerto Obaldía hacia Paso Canoas. Yo llegué aquí a Puerto Obaldía el día 16 de febrero y recién mañana podré viajar a Paso Canoas porque justo nos abrieron aquí para continuar este lunes. Le pido nos ayude hablando con representantes del gobierno y asociaciones de derechos humanos, con la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) de Panamá y si sabe algo me escriba si no es mucha molestia".
Extorsión y peligros de muerte
"Usted no se imagina todo lo que pasamos para llegar aquí, porque Colombia es lo peor: nos han estafado, robado, incluso por poco nos matan en una costa de Turbo (Antioquia), esperando la lancha, al grupo en que yo venía. Por suerte escuchamos la conversación de uno de los coyotes colombianos que, hablando con otro bajito, luego de estafarnos los 600 dólares que les dimos por la lancha, escuchamos que le decía al otro que nos llevarían a la oscuridad y nos darían 'balines', que son balas en el lenguaje colombiano".
"Y luego en la selva estuvimos tres días completos para llegar aquí, luego de casi naufragar en una lancha donde veníamos 81 cubanos –y que sólo tenía capacidad para 40 máximo– luego de salir de Turbo en Colombia, pues a cuatro horas de viaje nos dejaron 4 días varados en un manglar a los 81 en la lancha, donde no pudimos bajarnos de ahí porque en el manglar no había tierra".
"De ahí al cuarto día nos llevaron hasta Capurganá, igual en Colombia, donde nos recogieron otros coyotes en una playa, por quienes igual fuimos robados. Nos trajeron, atravesando 3 días la selva, a Puerto Obaldía. Portaban fusiles y machetes. Nos abandonaron en la última loma que subimos, luego de escalar y bajar otras siete montañas".
"Igual le cuento que tuvimos que pagarles muchísimo dinero a la policía colombiana en todo el trayecto; yo por ejemplo, a los primeros tres policías que me pararon a 180 km de Medellin tuve que darles 400 dólares, y luego como a un km me pararon dos policías más a los que tuve que darles 350 dólares.Y así, a otros que me fueron parando les daba de 30 a 50 USD. Y en la oficina de migración igual tuvimos que darles dinero para que nos dieran el salvoconducto".
"Y de ahí, como nos habían estafado los 600 dólares de la lancha y habíamos salido de esa costa huyendo, porque nos iban a dar balines, o sea, a matar para que no hubiera testigos, porque sabíamos dónde vivían (pues su casa de los coyotes estaba al lado de donde pasamos dos días esperando la lancha que nunca vino), tuvimos que pagar otra lancha, que fue la que nos llevó a los 81 con capacidad para sólo 40, y que varias veces estuvo a punto de naufragar. En momentos el agua que entraba nos llegaba al pecho, yendo sentados todos".
"Bueno, espero esta información le sirva de algo y le pido en nombre de los más de mil cubanos que estamos en Puerto Obaldía y estamos saliendo a razón de 40 diarios hacia Paso Canoas nos ayuden con esta situación de que ya no nos dan albergue allá, y pretenden que sigamos por nuestros propios medios".
"Por sus medios"
Hasta ahí el testimonio de V.G.. Lo irónico es que, si no ven en el horizonte otra solución humanitaria, estos cubanos recién llegados a Panamá van a "seguir por sus propios medios", o sea, poniéndose en manos de los coyotes, como ya lo hicieron casi la mitad de los 7.800 que estaban varados en Costa Rica cuando vieron que Centroamérica se resistía a ayudarlos, o que la solución se dilataba.
Martí Noticias lo advirtió el mes pasado y el diario tico La Nación lo confirmó el viernes, citando a las autoridades locales.
"Se cansaron o se desesperaron. Nadie lo tiene claro. El hecho es que unos 3.500 cubanos con visa de tránsito y que recibieron ayuda del Gobierno, prefirieron coger sus cosas y ponerse en manos de los coyotes para seguir su camino hacia Estados Unidos".
"Prácticamente, la mitad de los isleños que, según el Gobierno, iban a salir del país por el puente humanitario gestionado por la Cancillería, dejaron atrás el protocolo y el pago de vuelos, para atravesar la frontera entre Costa Rica y Nicaragua por alguno de los potreros de Guanacaste".
"Datos de la Dirección General de Migración y Extranjería señalan que, de las 7.822 visas que se emitieron para asegurar un paso legal a los cubanos, sólo 4.350 terminaron en uno de los vuelos coordinados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a pedido del Gobierno de la República".
"El resto salió por sus propios medios, según Migración".