El preso político Demis Valdés Sarduy abandonó el lunes la huelga de hambre que llevó a cabo por más de 10 días, en protesta por la condena de 6 años de cárcel que le impusieron recientemente por manifestarse el 11 de julio, en Placetas, Villa Clara.
Su esposa, Yanela Sánchez, dijo en un audio enviado a Radio Martí que este lunes lo vio muy deteriorado en el hospital de la prisión de Guamajal, donde permanece encarcelado junto a otros manifestantes, aislados del resto de los prisioneros.
Según Sánchez, pudo ver a su esposo de nuevo porque “me llamaron porque les hacían falta los papeles, todo el resumen de la historia clínica de Demis, (estaban) muy apurados el fin de semana, ellos necesitaban esos papeles porque Demis se puso mal, le bajó la frecuencia (cardíaca) y tuvieron que llevarlo para el ‘hospitalito’.
Lee también Padre de detenido el 11J en La Güinera remueve cielo y tierra en busca de justicia para su hijo“Ahora”, apuntó Yanela Sánchez, “ellos están muy preocupados con Demis”. Valdés le dijo a su esposa que el cambio de actitud para con él por parte de las autoridades carcelarias “es diferente, ya vienen los médicos que los atienden, que les prestan más atención”.
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La huelga de hambre era, de acuerdo con lo dicho por Demis Valdés a su esposa, “la única forma que él tenía para llamar la atención, de reclamar ahí que no lo estaban atendiendo”.
Lee también A pesar de las torturas no lograron que gritara “Patria o Muerte”, relata esposa de detenido el 11J en Mayabeque (VIDEO)En cuanto a su situación como prisionero político, Valdés Sarduy manifestó que “los mantienen separados y no les permiten reunirse con otros presos”, ni siquiera coinciden en los horarios de salida a tomar el sol, que están presos dentro de la misma prisión”.
Para Yanela Sánchez fue impactante el encontrarse con su esposo al que, admite, “casi no conoció” debido al cambio radical de su aspecto físico, extremadamente delgado, muy pálido y con los ‘ojos hundidos’. Yo nunca había visto a nadie así”, exclamó Sánchez, en cuyo acento aún puede sentirse el asombro.
Con su ayuno, el preso político Demis Valdés Sarduy exigía además recibir una debida atención médica en la prisión de Guamajal, en Villa Clara, debido a que padece una cardiopatía congénita y tiene implantado un marcapasos.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)