Tras las lluvias que afectaron la capital cubana en los últimos días, vecinos de La Habana Vieja confirmaron al menos dos derrumbes. El más reciente ocurrió en la calle Monte, entre Ángeles y Águila.
Dianelis Ríos, quien reside a pocos metros del lugar, comentó que la zona permanece cerrada con una cinta que prohíbe el acceso.
"Era algo previsible debido al pésimo estado de las edificaciones en la cuadra... Ya se había caído un balcón y estaba ahí apuntalada una partecita”, añadió.
El Consejo de la Administración de La Habana Vieja informó en su página de Facebook que el derrumbe ocurrió a las 12 de la noche del martes 18, cuando el pasillo de circulación en la edificación Monte 427 colapsó, sin que se reportaran fallecidos ni heridos.
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Martí Noticias conversó con una persona que se encontraba de manera temporal en esa área porque justo el pasado 14 de junio también colapsó una parte de su edificio, ubicado en San Ignacio #214, entre Lamparilla y Obrapía.
"Tengo 62 años y desde que tengo uso de razón esa edificación está declarada inhabitable. Enviamos cartas, pero nunca recibimos respuesta ni se hizo nada. Sabíamos que en cualquier momento iba a pasar lo peor”, relató.
El estado de las edificaciones en Cuba es crítico. Al cierre de mayo, se habían terminado solo 3579 viviendas, lo que representa un 0,8% de las necesidades, según reveló Dilayla Díaz Fernández, directora general de Vivienda, en una reciente reunión encabezada por el primer ministro cubano, Manuel Marrero.
La vecina de San Ignacio explicó que su casa está en un solar y que el pasillo se derrumbó sin causar mayores daños porque ya desde la mañana se notaba que estaba cayendo polvo del techo. “Mi esposo y yo no estábamos en la casa. Cuando llegó, entró y a los 3 minutos se cayó el pasillo”, explicó.
El mismo viernes, las autoridades del Gobierno le dijeron que el lugar "estaba declarado para demolición... pero albergues no hay. Nos pidieron que buscáramos algún lugar para irnos”, comentó.
Para los residentes de esta zona de La Habana Vieja, la llegada de lluvias es un verdadero problema. “Donde yo esté y ya veo el cielo nublado, es un trauma lo que tengo. Falta mucho por caerse, eso fue lo primero, pero falta por caerse muchísimo más”, concluyó.