Este jueves se hizo efectivo en la capital el tope de precios a los productos agropecuarios impuesto por el gobierno a los vendedores privados.
La medida ejecutada por la Administración Provincial de La Habana traerá múltiples agravantes a la débil economía de la isla, opinan expertos entrevistados este jueves por Radio Televisión Martí.
Your browser doesn’t support HTML5
Datos de la prensa oficial aseguran que la red de venta de productos agropecuarios en La Habana está compuesta por 151 mercados estatales, 60 mercados gestionados por Cooperativas no Agropecuarias, más de 700 trabajadores por cuenta propia administradores de unidades minoristas, 17 mercados de oferta y demanda y más de 600 carretilleros.
Según la economista Martha Beatriz Roque Cabello la disposición del gobierno es un intento para tratar de frenar la inflación luego del aumento salarial a los trabajadores estatales, pero llevará al desastre a los productores.
La implementación está aparejada con un intenso mecanismo de control, según adelantó el lunes la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños: “Vamos a ser rigurosos con aquellos que intenten, mediante artificios, evadir y violar las nuevas medidas aprobadas para evitar el incremento de los precios”.
La funcionaria alertó en conferencia de prensa que “ningún actor económico puede aumentar los precios" y pidió a la población que denuncie lo que considera irregularidades con los precios, tales como los combos u ofertas que combinan refrescos o cervezas con confituras.
“El sector privado en estos momentos está resolviendo muchísimo y en este caso está siendo reprimido por la dictadura”, opinó Marta Beatriz Roque.
Bolaños dijo que el propósito de la medida no es frenar el desarrollo de las formas no estatales sino evitar el incremento de las tarifas que no se correspondan con un aumento de los costos, así como regular aquellas ya excesivas para proteger al consumidor.
Pero el profesor de Economía de la Universidad de Valencia, España, Elías Amor Bravo considera, sin embargo, que la medida traerá una disminución de las producciones, provocando afectaciones a los compradores.
“Los cubanos cuando vayan a comprar ñame, malanga o boniato se van a encontrar con que no va a haber nada de eso porque el productor no va a tener incentivo para producir con los precios topados que fija el gobierno”, dijo el economista.
“Se ha producido un cambio en Díaz-Canel en las últimas semanas hacia un endurecimiento de las posiciones políticas y económicas”, llamó la atención el autor del libro Economia cubana: la oportunidad perdida.
Mientras, el doctor en Ciencias Ángel Marcelo Rodríguez Pita concluye que con la implementación errónea del tope de precios también se afectará el Estado porque recaudarán menos impuestos.
“Están cerrando el mercado interno, a través de la política de precios topados para frenar un proceso inflacionario que tiene su origen en el incremento salarial”, opinó
A su juicio la medida está frenando el crecimiento del sector privado y por tanto no puede establecer una tasa impositiva que sea de manera progresiva y por tanto va a cobrar menos, y si cobra menos esos impuestos, tiene menos dinero como Estado.