CHICAGO- Tim Walz se dirigió a millones de estadounidenses en la noche del miércoles, desde el United Center de Chicago, con la convicción de que se convertirá el 5 de noviembre en el próximo vicepresidente de los Estados Unidos.
El político de 60 años se presentó como un maestro, un entrenador, un veterano y un padre orgulloso. También como un político cuya primera aspiración es que los estadounidenses tengan la libertad de "lograr una vida mejor para sí mismos y para las personas que aman".
El veterano con 24 años de servicio en la Guardia Nacional del Ejército y varios años como profesor de secundaria, se convirtió en político en 2006 como representante del Primer Distrito de Minnesota, con un electorado predominantemente rural, y fue congresista durante seis legislaturas, antes de ser elegido gobernador en 2018 y en 2022.
Desde la gobernación de Minnesota impulsó el derecho al aborto, la legalización de la marihuana recreativa y los créditos y matrícula universitaria para las familias de bajos ingresos, entre otras políticas.
En su alocución del miércoles, habló de libertades reproductivas, de su experiencia personal con los tratamientos de fertilidad y del control de armas.
De su experiencia como entrenador deportivo, comparó la batalla política por la presidencia de los Estados Unidos con un partido de fútbol, en el que su equipo, el de los demócratas, va a la ofensiva.
"No he dado muchos discursos importantes como este en mi vida. Pero he dado muchas charlas motivadoras. Así que déjenme terminar con esto, equipo. Es el último tramo del partido, estamos abajo por un gol de campo. Pero estamos a la ofensiva. Estamos avanzando por el campo y tenemos el equipo adecuado", dijo.
"Vamos a darlo todo en el campo", concluyó.
El discurso de Walz en la tercera jornada de la Convención Nacional Demócrata estuvo precedido por el fuerte respaldo del expresidente Bill Clinton (1993-2001); de Nancy Pelosi, considerada una voz determinante dentro del Partido Demócrata, tras mantenerse durante dos décadas como su principal representante en la Cámara; del secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y de la senadora de Minnesota, Amy Klobuchar.
El presidente número 42 de los Estados Unidos, tal y como alertaron Michelle y Barack Obama la noche anterior, llamó a los demócratas a no "confiarse demasiado" porque " nunca hay que subestimar al oponente".
Sus ataques al contrincante republicano, a menudo con alusiones a las palabras de Donald Trump, provocaron risas y aplausos en la gradería del United Center, especialmente en el palco donde estaba su esposa, la ex secretaria de Estado y primera dama Hillary Clinton y su hija Chelsea.
Clinton advirtió que la campaña de Trump "es experta en sembrar dudas", al tiempo que llamó a todos a debatir con sus oponentes "con respeto".
La noche de confirmación del aspirante a vicepresidente incluyó la presentación de reconocidas estrellas de la industria del entretenimiento como los músicos Stevie Wonder, John Legend, Sheila E, la presentadora Oprah Winfrey, la actriz Mindy Kaling y el comediante Kenan Thompson.