The Economist: Cómo eliminan en Cuba a candidatos alternativos en las "elecciones"

Presidida por la foto del Hermano Mayor: Asamblea de nominación de candidatos municipales en Cuba.

Diversas tretas se utilizan para impedir que los alternativos sean nominados. Estos saben que no serán electos, pero participan en el espectáculo para demostrar que es eso: puro teatro

La revista británica The Economist ha dedicado un reportaje a la postulación este año de una cifra récord de candidatos alternativos a las elecciones cubanas y las singulares tretas a que ha acudido el gobierno para su exclusión de las boletas electorales.

La publicación señala que los candidatos independientes impugnaron así la hegemonía del Partido Comunista, y que si Cuba fuera una democracia, las elecciones municipales que comienzan este domingo abrirían una temporada de política participativa, que debería culminar en la elección de un nuevo presidente en febrero próximo. Sin embargo, el gobierno puso fin rápidamente al desafío.

The Economist valora las elecciones locales, que se celebran cada dos años como las más democráticas de Cuba, considerando que todos los cubanos mayores de 16 años, excepto los delincuentes y los enfermos mentales, pueden postularse para 12,515 cargos de delegados de circunscripción. La misión de los elegidos es persuadir a los gobiernos locales para que arreglen baches, aseguren el suministro de agua y cosas por el estilo. Los candidatos, elegidos en asambleas vecinales, aparecen en las papeletas; los ciudadanos respaldan a su favorito en votación secreta. "Ser miembro del Partido Comunista no es un requisito. Pero cerrar el paso al pluralismo político aparentemente sí lo es", observa el reportaje.

Cita al opositor Manuel Cuesta Morúa, portavoz de #Otro18, una plataforma ciudadana a la que pertenecen muchos de los candidatos independientes, con respecto a que el gobierno ha encontrado formas "tremendamente creativas y a veces incluso cómicas" de mantener a los alternativos fuera de las boletas.

Un aspirante a candidato en La Habana recibió una llamada telefónica de alguien que afirmaba tener un paquete para él de un amigo en los Estados Unidos. Cuando fue a buscarlo, le estaban esperando policías que lo mantuvieron dando vueltas a bordo de un auto patrullero hasta que terminó la asamblea de nominación.

Frustrado con el sistema socialista, (Rolando Columbié) un ferroviario de la ciudad de Holguín que había sido miembro de la Asamblea Municipal durante diez años, se sumó a #Otro18. Justo antes de la fecha límite para presentar nominaciones en la ciudad fue puesto bajo arresto domiciliario, por el supuesto delito de hurto de una bolsa de maíz valorada en no más de 25 pesos (menos de un dólar) (Columbié fue posteriormente condenado a seis meses de prisión domiciliaria).

El salto cuantitativo en el número de candidatos alternativos, comparado con solo dos en 2015, es una señal de que la demanda de democracia real se está extendiendo, dice, citado por The Economist, Pablo Díaz Espí, director del portal web de asuntos cubanos Diario de Cuba. Los retadores, que insisten en que no son disidentes, se comunican a través de una red de grupos de expertos, sindicatos, grupos religiosos y asociaciones juveniles. "Todos saben que estos candidatos no ganarán", apunta Díaz. "Participas en el espectáculo para demostrar que es sólo eso: teatro".

La publicación británica concluye diciendo que es poco probable que esto cambie cuando la Asamblea Nacional de Cuba (que no es elegida por votación popular) designe a un nuevo presidente para reemplazar a Raúl Castro. El primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, quien probablemente sucederá a Castro, ha dejado claro que no tolerará a los revoltosos municipales. En una comparecencia en febrero ante militantes del partido, Díaz-Canel advirtió que permitir que candidatos independientes ganen escaños en las Asambleas Municipales “sería una manera de legitimar, dentro de nuestra sociedad civil, a la contrarrevolución".

“Espere más acusaciones falsas y largos paseos en autos patrulleros”, vaticina por último The Economist.

(De un reportaje de The Economist. Reseñado por Rolando Cartaya)