Los tambores de Calanda marcan la celebración del Viernes Santo en España

Jesucristo sube a los cielos en la Pasión Viviente de Castro Urdiales

El estridente sonido de cientos de tambores con el que la localidad de Calanda (Teruel, noreste español) conmemora la muerte y resurrección de Jesús marca la celebración hoy del Viernes Santo en España, en el que las tradiciones populares y religiosas se replican por todo el país.

La "rompida de la hora" de Calanda, popular internacionalmente por ser el lugar de nacimiento del cineasta español Luis Buñuel, señaló a las 12.00 horas (10.00 GMT) el inicio de 24 horas en las que los tambores y bombos sonarán, sin descanso, también en otros lugares de la comunidad autónoma de Aragón.

El viernes es el día de la Semana Santa con mayor número de procesiones y actos religiosos en España, algunos de los cuales se prolongan desde la noche anterior.

Jesucristo sube a los cielos en la Pasión Viviente de Castro Urdiales

Es el caso de Sevilla (sur), donde, desde última hora del Jueves Santo, y durante casi 14 horas, seis procesiones desfilaron por 149 calles de la ciudad, en un recorrido total de 24 kilómetros.

La conocida como "Madrugá (madrugada)" es uno de los actos estrella de la Semana Santa en Andalucía, en el que se dan cita seis hermandades (agrupaciones de fieles) que suman más de 12.000 personas desfilando en procesión acompañando a doce pasos (imágenes religiosas), llevados a hombros por 433 personas (costaleros).

Las procesiones más populares, como La Macarena, el Gran Poder o La Esperanza de Triana, congregaron como cada a año a miles de sevillanos, pero también a ciudadanos del resto de España y del mundo atraídos por la emoción y entrega con la que los sevillanos viven esta fiesta, declarada de Interés Turístico Internacional.

También goza de esa distinción la procesión de "Las Turbas" que se celebra en Cuenca (centro) desde hace más de cuatro siglos y cuyos integrantes llenaron un año más las calles de la ciudad, a pesar de que la lluvia obligó a acortar el recorrido.

Las "turbas", que da el sobrenombre a la procesión, son un numeroso grupo de personas que abre el desfile en una representación "o rememoración piadosa y popular" de las multitudes que insultaban e increpaban a Jesús, cuando iba camino de su crucifixión.

Jesucristo sube a los cielos en la Pasión Viviente de Castro Urdiales

Con especial intensidad se recrea la pasión de Cristo en la localidad de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja, norte), donde cada Jueves y Viernes Santo un grupo de disciplinantes, conocidos como los "picaos", cumplen con la penitencia de la fragelación, en una de las tradiciones más antiguas de España.

Cubiertos con una capucha para ocultar su identidad azotan su espalda con una madeja de algodón, unas 800 veces, hasta que la sangre se acumula en la zona lumbar, momento en el que es "picada" con una esponja con cristales.

Después, cada disciplinante recibe doce pinchazos, que simbolizan los doce apóstoles, y las heridas se lavan con agua de romero hervida, cuya fórmula es secreta y se transmite de generación a generación, según explicó a Efe el portavoz de la Cofradía de la Santa Vera Cruz y los Disciplinantes, José Ramón Eguíluz.

Cargada de historia está la procesión del Vienes Santo en Mérida (Extremadura, suroeste), que tras recorrer en silencio las calles de la localidad culmina con un Vía Crucis en el anfiteatro romano del siglo I.
El monumento no es el único de esas características por los que discurre el tradicional desfile, que combina la belleza de otros monumentos romanos, como el puente, el Arco de Trajano o el Templo de Diana, escenarios que le dan una gran autenticidad.

Quizá una de las tradiciones menos conocidas, pero sí muy populares, es la que se celebra cada año en las calles de Calzada de Calatrava (Ciudad Real, centro), pueblo natal de director de cine Pedro Almodóvar.

Cientos de personas acuden hasta allí cada año para participar en "Las Caras", un juego de apuestas con monedas con el que se rememora el momento en el que, según los Evangelios, los romanos, tras detener a Jesús, se jugaron a los dados sus vestiduras.

EFE