Sin solución robo y sacrificio de ganado en Cuba; campesinos culpan a la escasez de carne

Un campesino pastorea su ganado en una finca de la localidad de Caimito, en Artemisa, Cuba. (Reuters/Alexandre Meneghini)

La falta de opciones que tienen los cubanos para adquirir legalmente la carne de res contribuye al auge de un mercado ilegal que se alimenta del hurto y sacrificio de ganado, alertan campesinos.

Aunque el Ministerio del Interior (MININT) asegura que libra una batalla contra los delitos asociados a la masa pecuaria, campesinos entrevistados por Martí Noticias coincidieron en que la persecución al robo y sacrificio ilegal de ganado carece de efectividad, porque la escasez convierte al de la carne en un mercado floreciente.

“Se trata de un problema sencillo: la falta de venta a la población. Hay personas enfermas y viejos, niños que necesitan comer ese tipo de carne, entonces como aquí no se oferta en ninguna tienda, en ningún mercado, la única opción es la bolsa negra y la delincuencia”, recalcó Rogelio Pérez, un ganadero de Alquízar, provincia de Artemisa.

“El Estado la vende a un precio que muy poca gente tiene acceso a comprarla. Si en cada pueblo de este país hubiera un mercado que tú pudieras ir a comprar un pedazo de carne, como en cualquier otro lugar del mundo, no se robaba. Hay lugares que la venden, pero a un precio que ningún sueldo alcanza”.

La semana pasada, en el programa oficial televisivo Hacemos Cuba, autoridades del Ministerio del Interior (MININT) y del Ministerio de Agricultura dijeron que se han ejecutado más de 6 mil acciones de enfrentamiento y unas 4.500 personas, incluyendo grupos organizados, han sido procesadas por delitos vinculados con el hurto y sacrificio ilegal de ganado en Cuba este año.

Esto incluye 902 procesos investigativos y la “neutralización” de 9.005 individuos, el 52% con medidas penales.

“Si han hecho algunos operativos y sí han caído algunos delincuentes, pero eso crece como la hierba y también, no sé cómo funciona el mecanismo de la policía que cogen a ciudadanos con el delito y al poco tiempo tú lo ves en la calle otra vez”, insistió Pérez.

“A mí me robaron un buey y una vaca, hace más de dos años y no me han comunicado que hayan cogido a nadie. Por aquí unos bandidos robaron en unas chiveras que son del Estado, chivas de ordeño, no son ni de cebas. Se llevaron diez chivas y las mataron. Nunca cogieron a los malhechores”, afirmó.

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De acuerdo a los funcionarios entrevistados por la televisión estatal, las provincias donde sucede con mayor fuerza el hurto y sacrificio son Guantánamo, Santiago de Cuba, Las Tunas, Camagüey, Holguín, Villa Clara, Cienfuegos y Matanzas.

“Si persisten las causas y las condiciones que propician un delito, es muy difícil erradicarlo. Aquí en Cuba, las personas están viviendo en una situación pésima. De ahí surge el receptador, que es lo que propicia al sacrificador, porque para que haya una venta tiene que haber una demanda y la demanda existe”, indicó Esteban Ajete, Presidente de la Liga de Campesinos Independientes de Cuba.

El hurto y sacrificio ilegal ha sido un flagelo que ha golpeado a la Isla durante años, pero el Gobierno ha sido incapaz de suprimirlo pese a las descomunales sentencias que aplica a los perpetradores de este delito.

El diario oficial Granma publicó, a finales de octubre de 2024, que al 90% de los sancionados por delitos relacionados con el ganado hasta agosto de este año se le impuso penas privativas de libertad, de los cuales el 78% fue sentenciado con penas de hasta 15 años.

“Es un delito que es más sancionable que si le dieran un golpe a una persona o rompieron una puerta para un robo con fuerza, pero a veces esas mismas personas que pertenecen al MININT, que están ‘combatiendo’ ese delito, son cómplices de los delincuentes”, consideró el campesino Antonio González Ramos, desde El Cristo, Santiago de Cuba.

“Esto que llaman delito de hurto y sacrificio, es una cosa que viene sucediendo hace rato y está dado por las mismas carencias que tiene el país y como el Estado no la vende [la carne], la gente se ha visto en la necesidad para alimentarse. Si usted va a comprarlo en una Mipyme, o uno de estos lugares de venta estatal, usted no gana para comprar una libra de carne”, subrayó.

Por otra parte, la Liga de Campesinos Independientes ha denunciado, en repetidas ocasiones, que la intrusión del Estado en la gestión de los ganaderos y las malogradas políticas agropecuarias, hunden cada vez más el sector.

“Encima de todo eso, el precio de los insumos está muy elevado para que el campesino pueda comprar rollos de alambre de púa, postes, para crear los cercados para tener el ganado protegido. Puedes ver los animales deambulando en las noches por las carreteras”, agregó Ajete.

Todo esto lleva a la desmotivación de los campesinos para proteger sus bienes “porque tiene que dormir con el buey, el caballo que tenga, dentro de su casa”.

En una conversación con nuestra redacción, Pedro Manuel Dorado, de la Cooperativa de Créditos y Servicios Enrique Campos, en La Jabilla, Guantánamo, aseveró que el campesino está desprotegido totalmente. Nadie quiere tener una vaca porque te van a matar a tu casa por una vaca y, prácticamente, no se hace nada por eso. Eso es lo que me ha desmotivado mucho la producción de ganado. Están muy flojos contra los ladrones".

En este sentido, Ajete añadió que la policía cubana ha olvidado su función de salvaguardar la integridad física, los bienes y los derechos de las personas:

“Se ha sumido en lo que es la búsqueda de personas desafectas al sistema. Se ha convertido en una policía política y no es una policía para cuidar y proteger los bienes de la población”, señaló el líder campesino.