Hasta el mes de octubre habían llegado a Cuba 3.5 millones de turistas, una baja de 7,9 % respecto a igual periodo del 2018, 303.929 visitantes menos, informó la Oficina Nacional de Estadisticas e Información (ONEI).
Inglaterra, Italia y España encabezan el decrecimiento de llegada de viajeros europeos a Cuba, algo que según el profesor de economía de la Universidad de Valencia, Elías Amor Bravo, estaba pronosticado desde inicios de año.
Your browser doesn’t support HTML5
Cae otra vez en octubre cifra de turistas que arriban a Cuba
"Europa se encuentra en un momento de gran incertidumbre con el Brexit por delante", dijo el experto.
El Fondo Monetario Internacional, la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo y otras organizaciones han advertido que la economía del bloque europeo "crece cada vez menos", lo que hace que "los turistas reduzcan sus gastos y no viajen a zonas tan lejanas", explicó.
En cuanto el turismo a Cuba, "la comunidad cubana en el exterior" y Rusia son "los únicos mercados que están experimentando un crecimiento", señaló Amor Bravo.
Comparado con el 2018, los visitantes que crecen ahora son la comunidad cubana exiliada con un 4.6% y Rusia, con un 20%. Canadá se mantiene estable y Estados Unidos cayó en un 13.3%, según las cifras dadas a conocer por la ONEI.
Se suma también el alto costo de los paquetes turísticos a la Isla, que no se corresponden con el servicio que reciben, agrega el académico. "Los precios de los paquetes turísticos cubanos no se corresponden con la calidad del producto. En esas condiciones el cliente elige, y elige aquello que tiene un mayor valor por el precio que percibe, y en lugar de ir a Cuba van a la República Dominicana".
Las autoridades cubanas han revisado durante los últimos meses las cifras pronosticadas de arribo de turistas en la presente temporada, y de una meta de 5.1 millones de turistas su última previsión es de 4.3 millones.
"La política turística de Cuba es dirigida totalmente por el Estado, y el marketing es absolutamente deficiente", indicó el economista. "La gran apuesta de las cadenas hoteleras españolas era esa cifra mágica de 5 millones de turistas, que a la vista está que no se van a conseguir", concluyó.