El régimen de La Habana está dispuesto a exportar maestros a Jamaica, aunque las propias autoridades de Educación reconocieron recientemente el déficit en la disponibilidad de personal docente en las aulas del país.
Así lo dio a conocer al diario St. Vincent Times el embajador cubano en Kingston, Fermín Quiñones Sánchez, quien afirmó que “no hay ninguna limitación por parte de Cuba sobre cualquier solicitud que haga el Gobierno de Jamaica y el Ministerio de Educación para continuar apoyando al sector educativo".
Se conoce que al menos cien maestros cubanos enseñan en escuelas del país anglo caribeño.
Desde varios años atrás, el Ministerio de Educación de Cuba ha tenido que implementar mecanismos de emergencia para garantizar la enseñanza en las aulas, especialmente por el éxodo de los educadores hacia otros oficios más lucrativos o hacia el extranjero.
“El déficit de maestros en Cuba es habitual. No es un problema que surge en estos momentos, surgió a raíz de la falta de motivación, la insatisfacción ante el salario, pese a que el régimen cubano hizo un incremento del salario básico de los maestros, pero aún estos salarios no cubren las necesidades de quienes día a día tienen en sus manos la educación de las nuevas generaciones”, señaló la activista Sara Cuba, desde Santa Clara.
La titular de Educación Naima Trujillo, a mediados de agosto, mencionó que la cantidad de maestros en activo no cubren las necesidades de la población escolar del país y que se incorporarían al trabajo docente, estudiantes del último año de las universidades pedagógicas.
“Esto viene sucediendo desde hace años. Hubo un maratón de maestros emergentes para cumplir metas. Jamás se pensó en si estaban preparados para enseñar. De ahí este desastre educativo que se percibe hoy en todas las instituciones escolares”, recalcó Cuba.
“No creo que el país, y mucho menos el Ministerio de Educación, estén en condiciones de enviar maestros y profesores a otros países cuando sus instituciones educativas están faltas de profesionales. Además, que los que están en aulas son jóvenes sin experiencia o con una escasa formación en esta profesión. Creo que al gobierno solo le interesa recaudar divisas”, dijo la activista.
Además, fue necesaria la reincorporación de maestros jubilados y aumentar la carga de horas docentes a los educadores.
“Aquí en Pinar del Río, los profesores tienen que turnarse en las dos secundarias más grandes que hay aquí en la ciudad, la Águedo Morales y la 1200, los profesores de Matemáticas tienen que estar en ambas escuelas turnándose los tiempos, porque no hay suficientes profesores. Si ellos [el régimen] no tienen ni para sus escuelas, ¿cómo van a enviar profesionales a otros países?”, cuestionó Rolando Cáceres Soto, miembro del grupo opositor Cuba Independiente y Democrática.
“La niña mía, que tiene 8 años, está en segundo grado, tiene una profesora que ya se había retirado y, por la situación económica, volvió otra vez donde trabajaba anteriormente. El varoncito, que está en primer grado, tiene una joven recién graduada que viene de ese curso que agilizaron para poder suplir estas necesidades”, explicó Cáceres.
Adis Nubia Milanés, madre de una niña de 6 años que cursa el primer grado, en el populoso Arroyo Naranjo, La Habana, relató que en su municipio siempre escasean los maestros.
“Aquí hay déficit de todo, principalmente en el tema de educación y los que están yendo a impartir clases son los estudiantes que han optado por ese oficio porque no les queda de otra, ya que tampoco quieren estudiar. No están bien preparados”, afirmó.
En Boca de Jaruco, Santa Cruz del Norte en la provincia Mayabeque, la dirección de Educación también enfrenta una situación difícil, de acuerdo al fotógrafo Iván Guerra, residente de la localidad.
“En el poblado existe déficit de maestros, especialmente en la secundaria. Hay aulas sin profesores, pero se ha ido cubriendo con maestros de otras aulas. De la cabecera municipal han tenido que mandar maestros aquí a la escuela secundaria porque los muchachos estaban sin docente”, dijo Guerra.
Los profesionales cubanos son contratados a través de entidades oficiales que cobran la mayor parte del salario de los trabajadores convenidos en los países de destino.