La llegada de Fidel Castro al poder en 1959 condenó al ostracismo a las minorías sexuales en Cuba. En la década del 60 miles de hombres fueron enviados a las llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), donde eran sometidos a trabajos forzados con el supuesto fin de “reahabilitarlos”. Entre ellos había gais, religiosos y desafectos, esta última categoría englobaba a todo aquel que tuviera una postura contraria a la revolución.
En 1971, el Congreso Nacional de Cultura y Educación declaró la homosexualidad como una desviación incompatible con la revolución. En los 80, una gran parte de la comunidad abandonó el país en el éxodo del Mariel.
Tres décadas después, el discurso oficial dio un giro. En una entrevista concedida por Castro al diario mexicano La Jornada, el fallecido dictador se refirió a la persecución contra los homosexuales como "una gran injusticia".
"Si alguien fue responsable, ese soy yo", afirmó.
En 1989 ya se había creado el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), institución pública dedicada a la educación e investigación sobre la sexualidad. No obstante, un mayor reconocimiento a la comunidad llegó con Mariela Castro Espín, sobrina de Fidel e hija de Raúl Castro.
Pese a que en 2022, el Parlamento cubano aprobó un nuevo Código de las Familias y con él quedó legalizado el "matrimonio igualitario", así como otro grupo de derechos, el activismo LGBTIQ+ sigue siendo criminalizado cuando este no sigue las directrices marcadas por el Cenesex.
Your browser doesn’t support HTML5
SerTrans: Testimonios de la transfobia en Cuba
Martí Noticias recogió testimonios de la comunidad trans en Cuba y de personas que han dedicado su vida al transformismo, un arte que también fue censurado en la isla pero que durante décadas se mantuvo vivo en fiestas privadas que se desarrollaban a escondidas.
"Dentro del proyecto como parte del equipo y como expectador pude descubrir a un grupo de personas que defienden con emoción sus sueños, su sentir y su identidad. Muchas de ellas representan algunas de las tantas voces y rostros que conforman una comunidad por años obligada al anonimato y al silencio. Con cada testimonio se dibuja un arcoíris de vivencias en un margen de 65 años. Intentamos abarcar en cada capítulo lo más vibrante e inspirador en los reclamos de varias generaciones", dijo Patricia Martínez una de las productoras de SerTrans.
"La serie fue creada con imágenes grabadas recientemente en la isla y entrevistas hechas especialmente para esta producción, lo que ofrece a la audiencia, una visión actualizada del tema junto a su perspectiva histórica", explicó Janet Lomba, también productora.
Para Orelvys Cabrera, creador del proyecto, la serie "refleja la realidad de la comunidad transexual de Cuba, los momentos más relevantes, las luchas por la visibilidad, así cómo la homofobia impuesta después de la llegada al poder de Fidel Castro".
Según dijo, SerTrans traspasa además fronteras de la isla y recoge testimonios desde el exilio. "La comunidad trans dentro de Cuba ha sido utilizada por Mariela Castro para vender una lucha social, donde son aceptados quienes respondan a las directrices del Cenesex. El activismo independiente es condenado y excluido por parte del gobierno de La Habana y esto es necesario contarlo", acotó.