"El entendimiento le quitará fuerza al discurso antiimperialista", estima el escritor y exvicepresidente de Nicaragua Sergio Ramírez Mercado en entrevista con el diario El Mercurio al analizar uno de los hechos más relevantes del último tiempo en la región: El deshielo de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Invitado a la última Feria del Libro de Bogotá, dedicada a Macondo, Ramírez destacó que el deshielo entre Estados Unidos y Cuba abre "nuevas oportunidades para un enfoque diferente de las relaciones entre América Latina y Estados Unidos, porque cierra el capítulo de la Guerra Fría. Esto se advertirá de manera más relevante en el área de Centroamérica y el Caribe, donde las desconfianzas mutuas han sido mayores".
El premio Alfaguara de Novela agregó que ese "acuerdo ya ha debilitado al ALBA, porque el discurso antiimperialista pierde fuerza, la que el entendimiento le quita, pues Cuba ya no hablará de la misma manera y la retórica de Maduro parecerá más patética. Pero la propia crisis venezolana está debilitando al ALBA. Sus socios de las pequeñas islas del Caribe se están realineando con Estados Unidos en busca de petróleo seguro, y la misma perspectiva de Cuba en cuanto a su seguridad petrolera ya provoca cambios".
Por otra parte, dijo que lo "fundamental que Cuba puede entregar está ligado a su propio sistema político: tolerancia democrática, libertad de expresión, libertades ciudadanas, sistema de partidos, elecciones entre varios contendientes. Raúl Castro ha dicho que en eso no cederán, pero es la palabra de una generación que se despide, ya octogenaria. En pocos años, Cuba será gobernada por una nueva generación, y allí es donde encontraremos sorpresas, a ver si un sistema de libre empresa y de partido único puede sostenerse, como en China. Yo creo que no, soplarán muy fuertemente los vientos de cambio, sobre todo si el embargo económico es levantado a corto plazo".
Sobre la oposición, Ramírez apuntó que para "que los disidentes tengan verdadero protagonismo y se conviertan en oposición real, falta un largo camino que recorrer. Hoy en día hay una polarización extrema entre los grupos disidentes y el Gobierno. Falta la costumbre del diálogo y la tolerancia, ausente tras medio siglo. Creo que los disidentes por sí solos tardarán en ser fuertes y en ser capaces de representar la opinión de vastos sectores sociales dentro de Cuba. Y el Partido Comunista seguirá siendo una realidad. Lo que veo de interesante son las corrientes de opinión que puedan llegar a surgir dentro del propio partido. Allí dentro habrá grandes oportunidades de cambio. A lo mejor los líderes del cambio ya están allí, dentro de las estructuras del propio partido; es lo que pasó en Europa Oriental al disolverse el socialismo real".
–¿Le creyó a Raúl Castro cuando alabó a Obama durante la Cumbre de las Américas?
En relación con la sinceridad del general Raúl Castro al alabar a Obama durante la Cumbre de las Américas apuntó que ninguna "palabra de Raúl Castro es gratuita e improvisada. Es lo que tenía que decir, llamar honesto a Obama y exculparlo de las "agresiones imperialistas" del pasado tiene consecuencias, las primeras respecto a Venezuela y el coro antiimperialista del ALBA, que de alguna manera quedan desautorizados en su discurso virulento. El Obama honesto que busca entenderse con Cuba es el mismo que declara a Venezuela un peligro para la seguridad de Estados Unidos. Eso no se puede separar".