Un número cada vez mayor de actores extranjeros, incluyendo a Cuba, están tratando de influir en las elecciones estadounidenses, dijeron el miércoles senadores y funcionarios de inteligencia en una audiencia del Comité de Inteligencia del Senado.
El senador demócrata Mark Warner, presidente de este comité senatorial dijo que evaluaciones de inteligencia desclasificadas identificaron a varios países, incluyendo a Cuba, que buscaban influir en la política de Estados Unidos.
“Desde 2016, hemos visto evaluaciones de inteligencia desclasificadas que nombran a una gran cantidad de actores de influencia que han participado, o al menos contemplado, actividades de influencia e interferencia electoral. No sólo Rusia, no sólo Irán o la República Popular China, sino también Cuba, Venezuela, organizaciones terroristas como Hezbolá y una serie de hackers extranjeros y ciberdelincuentes con fines de lucro”, declaró el senador por el estado de Virginia.
Por su parte, la directora de inteligencia Avril Haines dijo que las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos están bajo la amenaza de un número creciente de actores extranjeros que utilizan métodos cada vez más sofisticados para generar interferencias.
“Los actores extranjeros más importantes que participan en actividades de influencia extranjera dirigidas a Estados Unidos en relación con nuestras elecciones son Rusia, la República Popular China, e Irán. Específicamente, Rusia sigue siendo la amenaza extranjera más activa para nuestras elecciones”, señaló Haines.
Añadió que los objetivos del gobierno ruso en tales operaciones de influencia buscan erosionar la confianza en las instituciones democráticas estadounidenses, exacerbar las divisiones sociopolíticas en Estados Unidos, y degradar el apoyo occidental hacia Washington.
Según la directora de inteligencia, los actores extranjeros estatales usan cada vez más a empresas privadas para ejecutar operaciones de influencia en las elecciones, lo que hace más difícil rastrear a quienes están detrás de tales esfuerzos.
Haines advirtió que las innovaciones en el campo de la inteligencia artificial han permitido a agentes extranjeros producir mensajes políticos en apariencia de auténticos, con mayor eficiencia, en mayor escala y con contenidos adaptados a diferentes idiomas y culturas.
Mientras tanto, el senador republicano, Marco Rubio, que es vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, mencionó el informe de Oficina del Director Nacional de Inteligencia publicado en diciembre del 2023 que acusó a Cuba y otras naciones de haber intentado interferir en las elecciones del estado de la Florida en el año 2022.
Lee también Agencias de seguridad alertan que Rusia, China e Irán atentan contra elecciones en EEUUEl texto abordó los esfuerzos de varios países alrededor del mundo que trataron de interferir en el proceso democrático estadounidense. Destacó en ese sentido que Rusia, China e Irán efectuaron las campañas más amplias, y en comparación, Cuba lanzó esfuerzos "de menor escala" y con "blancos más específicos".
“Evaluamos el intento de Cuba de socavar el proceso electoral de políticos específicos del Congreso de Estados Unidos en 2022 que perciben como hostiles. Centraron sus operaciones en denigrar a candidatos estadounidenses específicos y de moldear la impresión sobre otros políticos también, porque consideran que los cubanoamericanos en Miami tienen una influencia enorme, en la política estadounidense con respecto a Cuba”, opinó Rubio.
Lee también Director Nacional de Inteligencia de EEUU acusa a Cuba de interferir en las elecciones de Florida en 2022 Lee también Cuba descalifica informe de inteligencia de EEUU; congresistas exigen una respuesta inmediata de WashingtonDespués de la publicación del informe titulado "Amenazas Extranjeras a las Elecciones de EEUU 2022", el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, escribió en redes sociales que se trataba de otra "calumnia de EEUU contra Cuba" y de una "acusación, sin fundamento o evidencia”.
Rusia, China e Irán han negado repetidamente haber intentado interferir en las elecciones estadounidenses mediante propaganda, difusión de desinformación o ataques cibernéticos.