Se junta el dengue con el oropouche en Santiago de Cuba, donde "no hay comida, ni medicamentos" y abunda la "basura"

Las autoridades admiten que las medidas que han tomado no son suficientes para contener la propagación del virus. (Yamil Lage/AFP)

Se incuba un problema que puede superar ampliamente los estragos del virus de oropouche en la provincia de Santiago de Cuba, informó el periódico local Sierra Maestra.

Alfredo Cintra Guerra, responsable del departamento provincial de Vigilancia y lucha antivectorial, dijo que el territorio presenta una elevada infestación del agente transmisor del dengue en el municipio cabecera, y también en Palma Soriano, Contramaestre, Mella y San Luis.

El funcionario admitió que las limitaciones económicas actuales impiden intervenciones de gran alcance, pero añadió que Salud Pública continúa realizando "el tratamiento adulticida" (fumigación) y el focal en el domicilio de los casos de síndrome febril inespecífico, así como en las viviendas aledañas y en los barrios con transmisión de dengue.

Las autoridades santiagueras admitieron que estas medidas no son suficientes para garantizar la contención de las arbovirosis, y pidieron que desde las viviendas, los centros laborales y los barrios se incremente el accionar de la salud colectiva.

En el reparto Altamira, en Santiago de Cuba, Claribel Rodríguez, aún con síntomas de la enfermedad, explica cuáles son las condiciones en la que enfrentan el virus los vecinos de su localidad.

“Mira, no hay comida, no hay medicamentos, cantidad de basura acumulada... Aquí no hay nada”, describió la ama de casa.

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Mientras tanto, residentes en varias provincias cubanas alertaron a Martí Noticias sobre la precariedad de los servicios básicos para prevenir la proliferación del mosquito, dijeron que no se fumiga lo suficiente y que hay acumulación de basura en vertederos en plena calle. Además, la campaña de pesquizaje es inexistente y escasean los medicamentos.

Desde el poblado de Aguada de Pasajeros, en Cienfuegos, una de las tres provincias donde oficialmente el Ministerio de Salud Pública reconoció la existencia de casos con el nuevo virus, Juan Alberto de la Nuez Ramírez, que aún se recupera del oropouche, dijo que todavía está a la espera por la fumigación de su hogar, y que por falta de reactivos no le hicieron la prueba en el hospital. La única opción que le dieron fue practicarle la prueba dentro de siete días, si permanecen los síntomas.

“Ya las personas, después de los siete días, pasaron el dengue, pasaron el oropouche, entonces ya no cae cuantificado como que tuviste el virus”, argumentó el activista.

Guillermo del Sol, periodista independiente, señaló que no hay cifras oficiales de contagios en la ciudad de Santa Clara, pero hay muchos casos con sintomatología similar al oropouche.

“Se han reportado brotes diarreicos, fiebre alta... También, con el lío de los apagones y la situación higiénico-sanitaria, hay muchos mosquitos, sobre todo en las horas de la noche y el amanecer. En Santa Clara, la campaña de fumigación no funciona hace mucho tiempo”, aseguró el comunicador.

Adriano Castañeda, también comunicador independiente, destacó que hay un importante deterioro del sistema de salud pública en la ciudad de Sancti Spíritus.

“No vemos a nadie de la campaña, no vemos equipos estos de fumigación, no hay medicamentos para enfrentar una fiebre, no hay ni un repelente para aguantar las picaduras de estos jejenes”, dijo.

Desde Pinar del Río, José Rolando Casares manifestó su preocupación por el aumento de los casos de dengue.

“El problema grave que hay es la recogida de desechos sólidos y, en Pinar del Río, hace un año completo que no se fumiga”, aseguró el opositor.

Mientras, en La Habana, la economista opositora Martha Beatriz Roque Cabello criticó la falta de labor preventiva y la atención a los contagiados por parte del sistema de Salud Pública.

“Cuando empezó el dengue aquí, en 10 de Octubre, venía el médico de la familia y preguntaba si había fiebre en la casa, eso no se está haciendo en estos momentos. Es una situación muy difícil por la ausencia de programas preventivos, que ellos no tienen recursos materiales para hacerlo”, concluyó.