Las autoridades de la cárcel de mujeres conocida como Bellotex, en Matanzas, castigaron a la presa política Saylí Navarro Álvarez y la amenazaron con trasladarla a un penal alejado de su residencia, ubicada en Perico, municipio Colón, en la misma provincia.
“Yo no pude ir a la visita de Saylí, fueron sus primos, y allí se enteraron que a Saylí le habían suspendido el teléfono 15 días por haber sacado una denuncia al 'contrarrevolucionario' Otaola. Pero ya antes la jefa del penal le había hablado a mi hija de la denuncia, y le había anticipado que le iban a suspender el teléfono, y que la podían trasladar también para Guantánamo”, explicó Sonia Álvarez Campillo, madre de la activista y esposa del también preso político Félix Navarro.
Recientemente, Navarro Álvarez, integrante de la organización opositora Damas de Blanco y coordinadora de la plataforma Cuba Decide, detalló, en una grabación a la que Radio Televisión Martí tuvo acceso, las violaciones al debido proceso contra ella, su padre y los otros involucrados en las causas judiciales contra los participantes en las protestas del 11J.
Your browser doesn’t support HTML5
Félix Navarro Rodríguez, presidente del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, y su hija Sayli fueron sentenciados a nueve y ocho años de prisión, respectivamente, por su participación en las protestas pacíficas del 11 de julio en la Isla.
Junto a ellos fueron condenados por los delitos de atentado, desorden público y desacato Mildrey Mederos Soca, Odrey Rodríguez Lanz, Adrián Echegoyen Espiñeira, Daymelin Abreu Rodríguez, Cristian Carlos Contreras Matos, Yoandry Ripoll Smith y Yanelys Rosabal Milanés, todos residentes de los municipios de Colón y Jovellanos.
Padre e hija están recluidos en diferentes cárceles matanceras, pero los mandos penitenciarios programaron las visitas familiares que les corresponden a ambos presos para el mismo día, el pasado viernes.
Lee también Saylí Navarro envía un mensaje desde prisión: está orgullosa de haber participado en protestas del 11JFélix Navarro se encuentra en la prisión de Agüica. El cubículo donde está encerrado con otros reos no tiene iluminación artificial, porque el foco instalado en el pasillo, que era lo que les proporcionaba alguna luz, se fundió. La administración de la cárcel no tiene como reemplazarlo. Los reos pasan todo el tiempo en su celda a oscuras, señaló la mujer y añadió:
“Yo le llevé un foco en la visita y el educador dijo que tenía la orden de que no recibiera el foco llevado por familiares. Por tanto, en cuanto cae el sol, se queda a oscuras con las chinches”.
Las cárceles matanceras han sido objeto de denuncias por plagas de chinches que suponen un riesgo para la salud de los presos. Estos insectos, junto a ratas, cucarachas y mosquitos, abundan en las prisiones del país, debido al hacinamiento y a la falta de higiene.
En diciembre de 2021, el abogado independiente Sergio Osmín Fernández Palacios informó a Naciones Unidas sobre la propagación de la sarna (escabiosis) en una gran parte de la población penal cubana.