Madison Bumgarner lanzó cinco sólidos innings como relevista, con solo dos días de descanso, y San Francisco ganó el séptimo juego y la corona de la Serie Mundial de Grandes Ligas, tres carreras por dos sobre los Reales en su propio estadio de Kansas City.
El zurdo de los Gigantes, en una faena heroica, fue el artífice de la tercera diadema del equipo de la bahía en un lapso de cinco años. Bumgarner ganó el primer partido del clásico de otoño, 7x1, cuando un tardío jonrón de Salvador Pérez le estropeó la blanqueada; se impuso en el quinto programa, 5x0, y este miércoles trepó a la lomita en el quinto capítulo, con su elenco al frente por la mínima y los llevó a la meta.
San Francisco había inaugurado el marcador, 2x0 en la segunda entrada, con elevados de sacrificio a la cuenta de Michael Morse y Brandon Crawford, a expensas de Jeremy Guthrie. Kansas igualó en el final del mismo episodio, ante Tim Hudson, gracias al doble impulsor de Alex Gordon y un fly de Omar Infante que remolcó otra.
Un rato después, un sencillo de Michael Morse, en el cuarto episodio, puso delante a los de la bahía, 3x2. Nadie sobre la faz del planeta, y mucho menos en el Kauffman Stadium, imaginó entonces que esa sería la última anotación de la Serie Mundial número 110, ni que Bumgarner, a sus 25 años –elegido inobjetablemente como el jugador más valioso– estaba a punto de agregar más brillo a su rutilante carrera.
Bumgarner fue convocado a abrir el quinto rollo (Affeldt recibió el crédito en la lomita de los Gigantes, con 2,1 innings en sustitución de Hudson) y, aunque al principio el MVP parecía empujar la pelota con todo el cuerpo, víctima del cansancio, Bumgarner logró apelar a toda su maestría para colocar cada lanzamiento fuera del alcance de Reales. Infante lo recibió con hit, después el fenómeno retiró 14 outs y el clímax lo alcanzó ya en la puerta de salida.
En el final del noveno inning, después de dos outs en la pizarra, Alex Gordon disparó un hit al centro y puso el empate de Kansas en la tercera almohadilla, por error en fildeo de Gregor Blanco; pero Bumgarner –le anotaron juego salvado– obligó a Salvador Pérez a elevar por zona foul a las manos del antesalista Pablo Sandoval. Octubre terminaba así para el béisbol, con un elenco campeón que ya había ganado las Series Mundiales 2010 y 2012.
Sandoval –nuevo recordista en las Mayores, con 26 hits en la postemporada– pegó de 3-3 en la última fecha, con dos anotadas, y fue golpeado por una pelota, en tanto Morse (2) y Crawford produjeron las carreras de los titulares. Por Reales, los apagafuegos Herrera, Davis y Holland cerraron el grifo, pero sus compañeros no pudieron hacer más con el madero: Kansas City dio seis hits, San Francisco sumó ocho y cometió un error.
Fue la primera vez, desde 1979, que un equipo visitante se adueñaba del séptimo pleito del clásico de otoño.