Investigadores y periodistas desde Cuba, Colombia, México, Estados Unidos y España, recurren a UnosOtrosEdiciones.
MIAMI, EEUU — Está a punto de publicar su libro número 50 dedicado a la música, y el editor y director de la editorial UnosOtrosEdiciones, Armando Nuviola, tiene bien claro su proyecto de imprimir y vender libros al tiempo que promocionar la música, no solo de Cuba -su país natal- sino de todo el continente.
UnosOtrosEdiciones comenzó en 2012 publicando libros de varios géneros literarios, sin embargo, en el año 2015 le llegó su “parteaguas”. El antropólogo y escritor colombiano Jairo Grijalba se le apareció con tres libros para una biografía del “profeta de la música afrocubana”, Arsenio Rodríguez, y desde entonces no han dejado de tratar de acaparar la historia musical del continente.
Las vidas singulares del tamborero Chano Pozo, a cargo de Rosa Marquetti, el rey del mambo, Dámaso Pérez Prado, por Sergio Santana; o la del conguero de origen portorriqueño Ray Barreto, escrita por el colombiano Robert Téllez, son algunos de los títulos que atesora la editorial.
“Este tipo de literatura no tiene un filón económico, las grandes editoriales la rechazan, en Cuba la rechazan. Nadie la quiere publicar porque no es un tipo de literatura que se pueda vender fácilmente, pero a nosotros no nos interesan las ventas, estamos por preservar la memoria, porque es salvar la memoria de un país”, comenta Nuviola en entrevista con la Voz de América.
“No censuramos”
En 1959, con la llegada al poder de Fidel Castro, el gobierno cubano creó la Imprenta Nacional, que luego derivó en la Editora Nacional, hasta que en 1967 fue creado el actual Instituto Cubano del Libro, la única entidad autorizada en esta materia.
En la isla están prohibidas las editoriales independientes. Por ello, Nuviola ha promovido nuevas ediciones de libros ya publicados allá. “Hay algunos textos que a pesar de haber sido publicados en Cuba han sido muy limitados, han sido mutilados, censurados y los escritores no se atreven a plasmar cosas que saben que no les van a publicar”.
Al explicar que algunos de estos libros cuentan en su nueva vida con una documentación más amplia, más materiales gráficos, asevera: “no limitamos pensamiento político ni nada, nosotros no censuramos, no queremos tampoco alabanza a ningún sistema”.
Libros y sorpesas
A este entusiasta promotor se le puede ver en cada feria del libro de Miami bajo una carpa animada por música popular de todo el continente, como pudo constatar recientemente la VOA. Cada libro, asegura, trae una sorpresa y “no sabes cuál puede ser un suceso editorial”.
Así ocurrió con el libro 'Kabiosiles. Los músicos de Cuba', una compilación “de 66 retratos de nuestros dioses terrenales” que hiciera el guionista y poeta Ramón Fernández Larrea y en donde aparecen Vicentico Valdés, Benny Moré, Rita Montaner, La Lupe, Bola de Nieve, Celia Cruz o Antonio Machín.
“Es un libro que se ha vendido mucho, ha tenido muy buena aceptación del público, por los lectores que lo compran para llevárselo a sus padres, por nostalgia, o a sus abuelos en Cuba”, explica.
Grijalba se ha convertido desde Colombia en uno de los asesores de esta editorial independiente y en un mensaje en audio habló con la VOA.
“Le ha brindado la oportunidad a autores colombianos y de América Latina de que publiquen sus libros. Es así como tuvimos la oportunidad el año pasado de que se publicara en Estados Unidos la biografía de Dámaso Pérez Prado, el rey del mambo, escrito por el colombiano Sergio Santana (…) es uno de los fenómenos musicales más interesantes y complejos y menos comprendidos de Cuba, como lo es el mambo”, apunta Grijalba.
Nuviola ha apostado a la investigación para comprobar hasta dónde llegan las raíces de la música cubana, y añade. "Los fundamentos de la música cubana están en el jazz” y sugiere como consulta el libro biográfico 'Orquesta Hermanos Castro', de la periodista e investigadora María Matienzo por “la interrelación del jazz, el feeling”.
Antes de volver a sus labores de edición, en un ajetreado día de semana, Nuviola tiene un mensaje final para los destinatarios finales de sus libros. “Es una fiesta nuestro stand en la Feria del Libro de Miami, hemos participado también en Cartagena de Indias, en Colombia. El mayor aporte es el de los lectores, el de la gente que nos sigue, y cada día son un poquito más”, concluye.