Un homenaje este sábado en la Iglesia de la Transfiguración, en Nueva York, al Padre Félix Varela, al que fue invitado el gobernante Miguel Marío Díaz-Canel y la delegación que lo acompaña a la Asamblea General de la ONU, ha causado indignación entre los exiliados cubanos, que piden a la Iglesia Católica interceder a favor de la liberación de los presos políticos.
Al filtrarse la noticia del evento, de cáracter privado, Frank Calzón, fundador del Centro para una Cuba Libre, dirigió una carta al Arzobispo de Miami Thomas Wenski en la que insta a la Iglesia a aprovechar la oportunidad para pedir a Díaz-Canel que su gobierno deje de "acosar y amenazar a los párrocos que expresan preocupación por la falta de libertad religiosa".
Calzón pide, además, a la Iglesia exigir al gobernante cubano que "libere a todos los presos políticos y permita las visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja a las prisiones" de la isla.
"Tengo la esperanza de que los esfuerzos de la Iglesia estadounidense tengan éxito y alivien el sufrimiento en Cuba. Obispo Wenski, espero que no se ofenda si le pido que ore por el pueblo cubano y por la justicia y la paz en Cuba", concluye la misiva.
En un artículo publicado en el diario independiente 14ymedio, Calzón se preguntó si Díaz-Canel rezaría en Nueva York. El director emérito del Centro para una Cuba Libre, recordó las más recientes violaciones a la libertad religiosa en la isla.
Mientras, el pastor bautista Mario Félix Lleonart, fundador del Foro Patmos, dijo en la red social X, antes Twitter, que la presencia de Díaz-Canel y su canciller, Bruno Rodríguez, en el templo de la Iglesia de la Transfiguración, con los alrededores vigilados por agentes de la Seguridad del Estado cubana, era "un sacrilegio".
El portavoz del Movimiento Cristiano Liberación, Regis Iglesias, mostró su indignación en un mensaje dirigido a Díaz-Canel en X, anteriormente Twitter: "Hipócrita, criminal, que vas a saber tú de lo que enseñó el Padre Varela a los cubanos, si tú diste la orden a los comunistas a que apalearan y asesinaran al pueblo el 11/7/21", escribió, en referencia a la orden del gobernante cubano de utilizar la violencia para reprimir a los manifestantes en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021.
"Tú eres un traidor a Cuba y las enseñanzas de Varela!!!", concluyó Iglesias.
La activista Anamely Ramos, forzada a permanecer fuera de Cuba por una prohibición del gobierno cubano que le impide regresar a la isla, repudió en un mensaje posteado en redes sociales la presencia de Díaz Canel en el templo católico.
"Díaz-Canel va a visitar la Iglesia donde esta la estatua de Varela. Díaz- Canel, un criminal, rindiendo tributo a un desterrado, precursor de la independencia de Cuba, cuando él mismo destierra ciudadanos cubanos patriotas. Ya no pueden adueñarse totalmente de nuestra Patria2, escribió.
La profesora exiliada Omara Ruiz Urquila, en situación similar a la de Ramos, señaló: "Ninguna procesión, ningún “beneficio” vale soportar callados semejante aberración. El Padre Varela fue #desterrado por la barbarie que reeditan las bestias castristas contra mí, a la #VirgenDeTodosLosCubanos le pido que obre para que el alma de #Cuba resista y yo con ella".
Cubanos en el exilio protestaron esta semana contra la presencia del gobernante cubano y su comitiva en la Asamblea General de Naciones Unidas, que celebra su 78 período de sesiones en Nueva York, y ante la que mantuvo un discurso ajeno a la realidad de la isla, especialmente en materia de violaciones a los derechos humanos, señalaron analistas.
El año pasado, la organización de derechos humanos Christian Solidarity Worldwide (CSW) documentó 657 violaciones a la libertad religiosa en Cuba. Y en su reporte de 2023, la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos recomendó incluir a la isla en "la Lista de Países de Especial Preocupación”, junto a otros gobiernos que "cometen o permiten violaciones sistemáticas, continuas y flagrantes de la libertad religiosa".
Un estudio sobre libertad religiosa publicado en junio por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos arrojó que en la isla, el "68% de los entrevistados conoce a alguien que profesa una religión y ha sido acosado, reprimido, amenazado u obstaculizado en su vida diaria por motivos relacionados con su fe".