Julián Rizo Álvarez, entonces Primer Secretario del Partido Comunista en la provincia de Matanzas, transmitió la orden de Fidel Castro y comenzó la persecución y la masacre. El objetivo era un pequeño barco de río cargado de personas que dos naves torpederas no debían dejar llegar a su destino.
Era el 6 de julio de 1980 y Sergio Águila Yanes, de 19 años y su hermano menor Silvio, de 18, ambos reclutas del Servicio Militar Obligatorio (SMO), junto a su amigo Roberto Calveiro, habían resuelto tomar la nave “XX Aniversario”, que hacía un recorrido turístico por el río Canímar que vierte sus aguas en la bahía de Matanzas, y desviarlo hacia Miami.
Los muchachos, junto a decenas de personas inocentes, entre ellas mujeres y niños, habían subido al barco para, supuestamente, disfrutar del paseo por el río navegable apenas unos kilómetros.
Frente a la inminencia de la muerte algunos pasajeros levantaron a sus hijos suplicando que no dispararan ...
No bien la embarcación se había alejado del muelle, los reclutas extrajeron sus armas e intentaron sorprender a los guardias que custodiaban el barco. Uno de los custodios sacó su pistola pero Sergio fue más rápido y le disparó causándole una herida en el pecho.
Para que no muriera en la travesía, depositaron al herido en un bote salvavidas y lo enviaron a la orilla. Una vez que la embarcación quedó bajo el control de los jóvenes, ordenaron al capitán que tomara rumbo a los Estados Unidos.
Aunque el número exacto es aún desconocido, algunos afirman que en el barco viajaban entre 60 y 100 personas aproximadamente.
La orden que Fidel Castro dio a Rizo Álvarez era precisa e inapelable: el barco no podía fugarse pasara lo que pasare. La muerte comenzó a sobrevolar sobre toda la tripulación.
En un primer momento Rizo Álvarez envió dos lanchas torpederas a detener la embarcación. Trataron de hacerles desistir, pero los muchachos no obedecieron y continuaron su rumbo hacia el norte.
Las familias de los desaparecidos no recibieron ninguna explicación ...
Notificado de la decisión de los reclutas de perseverar en su intento, Rizo Álvarez convirtió el evento en un escenario de guerra. Mandó hundir el barco con disparos. Frente a la inminencia de la muerte algunos pasajeros levantaron a sus hijos suplicando que no dispararan, pero aun así comenzó la masacre.
A los dos primeros barcos que atacaron el XX Aniversario se les sumó otro patrullero más pródigamente armado y un avión que comenzó a ametrallar mientras sobrevolaba la embarcación.
Con casi la mitad de los pasajeros muertos o heridos y bajo el intenso ataque, Sergio trasladó a las mujeres y los niños a la bodega para protegerlos de las balas.
Y fue entonces que Rizo Álvarez, al darse cuenta de las repercusiones internacionales que habría si el “XX Aniversario” se escapaba, en un esfuerzo desesperado tomó el mando del buque de guerra “23 de Mayo” y le ordenó que interceptara y hundiera el pequeño barco.
A la segunda embestida, el “XX Aniversario” se partió en dos y en unos segundos se hundió. Las lanchas patrulleras rescataron once sobrevivientes y diez cadáveres. El resto de los pasajeros quedaron atrapados dentro del barco y murieron ahogados.
No se sabe con certeza lo ocurrido después con Sergio, artífice de la fuga. Cuentan algunos sobrevivientes que le dijo a su amigo Roberto Calveiro: “Los comunistas no me cogerán vivo nunca”, y se disparó en la sien. Otros afirman que se ahogó.
El joven Calveiro salió ileso del tiroteo pero junto a su amigo Silvio Águila fue condenado a 30 años de prisión y pasó los siguientes doce años de su vida en la cárcel.
Fueron liberados a inicios de los 90 y deportados hacia España.
Los guardafronteras solo recuperaron 11 cadáveres. Las familias de los desaparecidos no recibieron ninguna explicación, solo que habían muerto en el mar debido al secuestro del barco.
A los diez únicos sobrevivientes se les ordenó no hablar con nadie sobre el suceso. Sus casas fueron vigiladas por agentes del gobierno durante los dos años siguientes.
La masacre del río Canímar trae a la memoria lo que ocurría 14 años después con el Remolcador 13 de marzo.