Irónicamente en el mes señalado mundialmente para celebrar el aporte de la mujer, siendo el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, el régimen de La Habana ha acosado y detenido a más de 6 periodistas independientes y activistas por falsas acusaciones y sin ninguna razón.
La periodista Iliana Hernández, la escritora María Matienzo, la poetisa Katherine Bisquet y la curadora de arte y activista del #27N Carolina Barrero fueron sitiadas por operativos policiales y posteriormente detenidas y mantenidas en paradero desconocido.
Después de ser señaladas, junto a otros activistas, por el periodista oficialista Humberto López, en el noticiero de la Televisión Cubana, por supuestamente organizar una manifestación en la Plaza de la Revolución, la Seguridad del Estado realizó un operativo de vigilancia y represión a todos los que fueron nombrados en dicho programa.
Lee también Humberto López vuelve a mentir en el NTV, esta vez por supuesta protesta en la plaza José MartíLas autoridades castristas detuvieron a los activistas que decidieron “violar” el cerco de seguridad impuesto por ellos, como fue el caso de Carolina Barrero.
“Apenas abrí la puerta ya venían a por mí”, explicó la activista en sus redes sociales luego de ser liberada y estar en paradero desconocido por varias horas. La artista relató que la Teniente Coronel Kenia Morales Larrea encargada de su detención advirtió sobre dos cosas: el proceso penal que la activista presenta y sobre las protestas pacíficas que realiza.
"Le dije que no había nada de agresivo en pedir, por ejemplo, una ley de protección animal, o un cartel que dijera simplemente “por el derecho de manifestación y protesta”, que ya recogen los artículos 54 y 56 de la Constitución", explicó Barrero.
Algo tan sencillo como botar la basura motivó la captura injusta de la periodista María Matienzo, quien estuvo detenida por varias horas.
Después de ser liberada, Matienzo les envió un mensaje a sus represores: “Uno: hagan la tarea, yo soy periodista independiente, y voy a cubrir la noticia que entienda que tengo que cubrir. Dos: mi casa no es un calabozo, así que, a partir de ahora, cada vez que me pongan vigilancia, voy a ir presa. Lo digo alto y claro para que se entere todo el que se tenga que enterar”.
La periodista comentó que días anteriores había sido advertida, de palabra y sin ningún documento o acusación que avale la amenaza, por una agente de la Seguridad del Estado de no salir de su casa, pues estaba siendo vigilada.
Ese mismo día, la comunicadora independiente, Iliana Hernández también fue detenida cuándo se dirigía en un carro a casa de una amiga. El arresto quedó registrado en un video.
“Ustedes no tienen derecho a hacer esto, yo voy a casa de una amiga”, repetía Hernández a la oficial que intentaba detenerla.
La poetisa Katherine Bisquet también fue detenida cuando salió a una estética. La información la dio a conocer la artista Camila Lobón quién criticó a la dictadura por no permitir que los ciudadanos tengan una vida normal.
“Sales a arreglarte el pelo y te secuestran. La dictadura cubana no respeta la vida, no entiende la belleza”, escribió.
En horas de la noche, Bisquet fue liberada.
En el operativo represivo, también fueron víctimas la periodista del medio 14ymedio, Luz Escobar, y la comunicadora Camila Acosta. Justo el 8 de marzo, Día internacional de la Mujer, ambas estuvieron acosadas y sitiadas por la Seguridad del Estado todo el día. Incluso, ya pasadas las 6 de la tarde, Escobar bajó a la planta baja de su edificio y el agente represor le contestó: “Luzbely, todavía no puedes salir”.
Más de una decena de activistas y periodistas fueron parte del acoso de la Seguridad del Estado.
El Programa de las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) denunció los abusos contra periodistas y exigió la liberación de las víctimas.
La plataforma de defensa de los derechos de la mujer YoSíTeCreoenCuba, denunció recientemente en un comunicado el aumento de la violencia machista del Estado y su sistema de instituciones.
La plataforma alerta que el control y hostigamiento por discriminación política tiene un "lamentable sentido y enfoque machista".
El grupo reconoce un incremento de la violencia institucional “con sesgo de género contra familiares, parejas, ex parejas y descendientes de activistas y periodistas independientes”.