Miles de rusos participaron este domingo en la célebre plaza Lubianka de Moscú, donde estaba la sede del KGB, en un acto de homenaje a las víctimas de las purgas estalinistas.
"A estas personas las fusilaban en secreto, y hay que hacer pública su memoria", dijo Elena Zhemkova, presidenta de Memorial, organización dedicada a la rehabilitación de los represaliados soviéticos.
Por su parte, la Defensora del Pueblo de Rusia, Tatiana Moskalkova, destacó que en 2017 se cumplen 80 años de las purgas en la URSS, en alusión a una campaña de terror sin precedentes conocida como "el Gran Terror", que se inició en 1937 y se prolongó por dos años.
Durante el Gran Terror, solo en la capital rusa, según Memorial, fueron fusiladas más de 30 mil personas, cifra que asciende a 725 mil en toda la URSS.
Desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche de hoy, los participantes en el acto leen los nombres de las personas que murieron fusiladas en Moscú de una lista que reparten a la entrada los organizadores del acto.
Además de los nombres, se hacen públicos también otros datos sobre las víctimas de las purgas como su edad, la profesión y el día en el que fueron ejecutadas.
Este año en el acto junto a la Piedra de Solovkí, traída a Moscú de la homónima isla que en su día fue sede del primer campo de trabajo y reeducación (gulag) de la URSS, se pudo ver a muchos jóvenes que completaban las listas de los represaliados con unas palabras sobre sus abuelos o bisabuelos fusilados.
Mientras, los mayores al tomar el micrófono pedían a las uevas generaciones tomar conciencia de las páginas negras de la era soviética para que estos crímenes no se repitan en el futuro.
Mañana, con ocasión del Día de la Memoria de las Víctimas de las Represiones Políticas, el presidente ruso, Vladímir Putin, inaugurará en Moscú un "Muro de las Lamentaciones", otro monumento a las víctimas de las purgas políticas en la era soviética.
(EFE)