Los rusos están buscando nuevos itinerarios para veranear en el 2016, tras decir adiós a los hoteles en Egipto y Grecia. Entre los posibles destinos para solearse no aparece Cuba, según un informe del diario Gazeta.ru, sobre las perspectivas para la industria del turismo en Rusia.
Cuba, al igual que otras islas del Caribe, las Maldivas y Seychelles nunca ha sido popular entre los rusos por el precio y las largas horas de vuelo, por lo que no se espera que en el 2016 viajen en masa a esos destinos.
La disminución del turismo ruso a la isla fue palpable en el 2015, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba: bajó en un 60%, con un total de 38.184 turistas.
En abril de 2014, cuando Ricardo Cabrisas, vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba visitó Rusia, se quejó de la baja asistencia de turistas rusos que ese año fue de 69.849 turistas, casi 20.000 menos que en 2012 (86.944).
La alternativa para La Habana es que se imponga el "turismo corporativo" como hacen las empresas Rosneft o Sogaz, que envían a Cuba a sus trabajadores a descansar.
La petrolera Rosneft en 2014 envió a 1.800 de sus empleados de tres de sus subsidiarias (Yuganskneftegaz, Angarsk Petrochemical Co. y Samotlorneftegaz) a veranear a Cuba.
En Túnez, ansiosos por recuperar el nivel de turistas rusos previo a la Primavera Árabe, han prometido aumentar la seguridad en los centros turísticos. Grecia ofrece los mejores precios de la temporada y Bulgaria atrae por no tener sistema de visado para los rusos. Por Asia, países como Vietnam y Tailandia siempre han sido llamativos por precios y clima.
Los países preferidos por los rusos a mediados de 2015 eran Egipto (35%), Turquía (9%), Tailandia y Vietnam (5-7%) y Finlandia (4%). Otros destinos fueron Italia, Grecia, China, India (en especial el estado de Goa), la República Checa e Israel.
Pero los atentados terroristas en Egipto y Túnez, donde fallecieron turistas rusos, la crisis económica, la caída de los precios del petróleo y el gas, y la depreciación del rublo llevó a una disminución del 40% del turismo ruso al exterior en el último trimestre del 2015, según declaró a Gazeta.ru Oleg Safonov, director de Rusturism.
Los balnearios de la península de Crimea, tras la ocupación rusa, hubieran sido una variante para el turismo interno deseoso de playas; pero la carencia de electricidad en la región, la inestabilidad política, el conflicto con los tártaros y los altos precios de los hoteles no inspiran a los rusos a viajar a Evpatoria, Yalta o Sevastopol.
Bulgaria, Chipre, Italia, España y Grecia son las alternativas para los que antes descansaban en Turquía y Egipto, pues tienen ofertas de "todo incluido". Los precios en los hoteles búlgaros tienen descuentos para los rusos y los menores de 16 años no pagan y en Chipre no necesitan visado los rusos.