Presos en el sistema penitenciario cubano responsabilizaron a las máximas autoridades de cárceles y prisiones en los territorios correspondientes de las precarias condiciones y abusos que sufren.
En conversación con Radio Televisión Martí, los reos denunciaron una agudización de la crisis alimentaria, y la falta de medicamentos y de la asistencia médica especializada en los centros penitenciarios de la isla.
El preso político Nelson Laborí Noa ha sido llevado a una celda de castigo en la prisión del Guayabo, en Isla de la Juventud, por órdenes del jefe del penal. Noa fue castigado por denunciar las adversidades que enfrentan en ese penal, dijo a Radio Martí su hijo, Hayro Laborí.
“Lo que están haciendo es tratar de ocultar, y también sembrar el pánico entre los internos, para que no denuncien su descontento la crisis en las cárceles. Es un cinismo, porque aquí todo el mundo sabe el problema que enfrentan los reclusos en las prisiones, y todas las atrocidades que se hacen en su contra”, enfatizó.
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Esta fue la denuncia realizada desde el penal El Guayabo, por Laborí Noa, donde responsabiliza al director del penal Idroelvis Suárez Carcañón.
“Yo, Nelsón Laborí Noa, quiero hacer una denuncia contra el jefe de la prisión por tenernos sometidos a condiciones infrahumanas, el tema del alimento y medicamentos que no tienen, estamos hacinados, mientras el director se autoproclama el Dios de la prisión, y nos tiene sometidos al hambre”, alertó el prisionero político.
En el sistema penitenciario en la provincia de Camagüey, dos presos también responsabilizan al jefe de cárceles y prisiones por las pésimas condiciones.
En el penal de Kilo-8 en la cabecera provincial la crisis alimentaria es total, informó desde ese centro de detención el preso político y miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Reinier Calderín Socarrás.
“Crece el número de prisioneros mal nutridos y con bajo peso en esta cárcel, ya están dando menos de 50 gramos en la ración de arroz, de caldo menos de 30 y de plato fuerte menos de 20 gramos.
Esta situación se agudizó hace más de cinco meses y el mayor responsable es el Teniente Coronel y jefe del órgano de prisión provincial Eider Sierra Ochoa”, apuntó el activista
En la vecina cárcel de Kilo-7, también en la capital agramontina, el reo común Yosvani Rodríguez Hernández, de 45 años de edad, y con una perforación en la vejiga, sigue sin recibir la atención médica especializada, reclamada por semanas.
“Todavía no me quieren llevar al médico. Me han torturado y yo necesito ayuda, y el que me niega la atención médica es Eider Sierra Ochoa, jefe de prisiones en la provincia de Camagüey”, advirtió el preso.
Y en la prisión del Cinco y Medio, en Pinar del Río, son extremas las condiciones que sufren los reclusos, contó Berta Lucrecia Martínez Herrera, que tiene allí a su esposo, Luis Manuel Navarro Izquierdo, cumpliendo condena de 10 años por un delito común.
“Sus condiciones son malísimas, enfermo y sin atención médica, pasan hambre, están tísicos. Recientemente, durante una visita, pudimos ver como se llevaban a dos reos que se habían desmayado”, dijo la mujer.