Los pobladores de las provincias orientales recuerdan con miedo los instantes que duraron los sismos del domingo, que tuvieron su epicentro en el mar Caribe y se sintieron con fuerza en las provincias de Granma y Santiago de Cuba, aunque también fueron perceptibles en Guantánamo, Holguín, Camagüey, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.
“Nosotros estábamos dentro de la iglesia, somos cristianos. La Iglesia se sacudió. Lo que hicimos fue salir y acabamos el culto afuera. Vimos la pared del cine que está frente a la iglesia, una pared completa, cómo se estaba cayendo. Pensábamos que la iglesia se iba a partir por la mitad. Fue terrible y la gente no se controlaba porque estás mareado y tú tratas de controlar el equilibrio”, relató Maritza Licea, residente del pueblo de Pilón, uno de los testimonios que Martí Noticias pudo recabar.
“Hubo derrumbes, acabó con todo dentro de las casas: con televisor, frío [refrigerador], equipos, multimuebles completicos al piso. La gente de todos los edificios los abandonó porque dicen que acabó en los edificios. A uno de los edificios se le cayó la escalera. Casas biplantas partidas, aquí mismo cerca. A mí me acabó con las vasijas. Gracias a Dios, fueron las vasijas”, señaló.
Las autoridades aseguran que no hubo víctimas mortales aunque reportaron varios heridos, deslizamientos de tierra, afectaciones en viviendas y daños en el tendido eléctrico en los municipios de Pilón, Bartolomé Masó, Manzanillo, Buey Arriba, Guisa, Jiguaní, Media Luna, Niquero, Campechuela y Bayamo.
“Mucha gente agolpeada. El hospital tenía gente con brazos y piernas partidos. Y en el hospital hubo daños en la estructura. Tuvieron que sacar a los pacientes para afuera”, subrayó Licea.
Daymara Verdecia, del Consejo Popular El Plátano, ubicado en el municipio Pilón, resaltó que ella y sus vecinos por poco mueren de infarto por el temor que sintieron durante los intensos temblores:
“Un desastre con las casas, a las de madera no le hizo nada, le hizo más daño a las de placa, de mampostería, se les rajó el piso, las paredes, tumbó paredes. A la gente se les rompieron los televisores, se cayeron los fríos, igual las vasijas, los vasos, aquí, en Sevilla, en Durango, en Niquero".
“En la costa, el mar se corrió, se fue para para atrás, pero regresó sin fuerza”, contó espantada Verdecia.
Mariluz Sánchez, de Punta de Piedra, también en el municipio Pilón dijo que está nerviosa y agolpeada: nos acabó con las vasijas. Nos dejó sin platos y sin vasos. A tres casas de aquí, a una vecina la pared de la casa se la rajó, una casa de mampostería y tienen niños.
“Todavía está temblando porque se siente. Todo el mundo está fuera de la casa, porque, si eso pasa otra vez, nos va a matar adentro de la casa. Mi casa es de madera y la de mi hijo, también. La casa de mi hijo bailaba de un lado al otro y sacó toda la tierra de los horcones”, describió Sánchez.
En Niquero, cercano a Cayo Cruz, el punto más meridional de Cuba, Israel Castillo, se siente anonadado: “Se rajaron las paredes de una iglesia vieja y se le cayó una pared y una casa se derrumbó completa. Te estoy hablando de lo que yo ví. Dicen que hay muchos desastres”.
Este lunes, luego de iniciar las clases en las escuelas, las autoridades ordenaron sacar a los estudiantes y mandarlos a sus viviendas, indicó.
En Manzanillo, “tembló bastante fuerte. Algunas casas sufrieron daños y paredes se agrietaron, por lo menos para acá para la Loma donde vivimos nosotros ha pasado poco, para el centro del pueblo, se derrumbó parte de una panadería y se han caído partes de casas y de la Iglesia. Mucha gente se ha ido para el hospital por el susto, yo creo que aquí no se había pasado un sismo tan grande”, expresó aún temerosa Sucelvis Bárzaga.
Tras los terremotos, solo en la provincia Granma hay más de 14 mil clientes sin electricidad debido a los daños en el tendido eléctrico.
Bayamo, la capital de la provincia más afectada por el terremoto, no se escapó del impacto de los temblores como atestigua Fernando Nogueras.
“Aquí en Bayamo que estamos lejos del epicentro, se sintió. En mi casa, las puertas del closet se balanceaban y se cayó la tapa de una olla, un palo que estaba colgando, se balanceaba. Uno tenía que sentarse por el movimiento y los balances (sillones) se movían”.
El epicentro del sismo se localizó, aproximadamente, a 40 kilómetros (25 millas) al sur de Bartolomé Masó, de acuerdo al Servicio Geológico de Estados Unidos. Registró una profundidad de 23,5 kms (15 millas).
Martí Noticias no logró conseguir comentarios de residentes en el pueblo conocido popularmente como B Masó, porque los teléfonos a los que llamamos estaban interrumpidos.
El temblor se sintió en toda la zona oriental de la isla, incluso en las ciudades más pobladas como Santiago de Cuba.
“El techo se cuarteó. Yo salí gritando y me metí debajo de un portal. Dicen que ha hecho desastres por otros lados. La gente gritaba porque fue fuerte y largo”, lamentó Zulma López Saldaña, esposa del preso político Maikel Mediaceja, encarcelado en la prisión de Boniato.
“Casualmente Maikel me llamó y por el teléfono sentí los presos dando gritos, les decían a los guardias que abrieran la celda, pero ellos [los carceleros] no la abrieron y se iban corriendo”, refirió López Saldaña.
En el Caney de Santiago de Cuba, los daños fueron menores aseveró Marta Cristi: “Yo estaba en la cama con mi niño y se sintió que se movía el piso. Corrimos para salir de la casa, pero solo fue el sobresalto porque no pasó nada significativo, al menos donde yo vivo”.
Hasta el momento, los especialistas han registrado casi 500 réplicas, de las cuales 15 han sido perceptibles por la población.