El Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) reportó este martes 1 030 casos nuevos de COVID-19, lo que eleva a 81 640 la cifra de contagios desde que comenzó la pandemia, hubo 4 fallecidos en la jornada, incrementando el número de muertes a 440.
De acuerdo a cifras oficiales, hoy permanecen hospitalizados 25 468 pacientes, de los cuales 5 273 son casos confirmados, 3 640 son sospechosos y el resto está en vigilancia epidemiológica.
La Habana sigue siendo la provincia más afectada con 437 contagios nuevos, seguida de Matanzas con 161, Granma con 114 y Sancti Spíritus con 93.
Las autoridades de la Habana pidieron este lunes elevar el rigor en la aplicación de sanciones penales y arreciar el protocolo en centros laborales y de salud, ante la compleja situación en la capital.
Cubanos contagiados con el virus que han sido internados en centros de aislamiento y hospitales aseguran que están colapsados debido al incremento de los casos, sumado a las pésimas condiciones higiénicas, así como la escasez de alimentos y medicamentos.
Eduardo Lázaro Queijas Falcón, con discapacidad visual, quien reside en el municipio de San Miguel del Padrón, fue diagnosticado positivo e internado el viernes en la sala Abelino 1 del hospital Clínico Quirúrgico de 10 de Octubre (La Dependendiente), describe a Radio Televisión Martí las condiciones existentes en el lugar.
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“Tengo el Covid-19 desde el primero de abril, tengo síntomas, fuertes dolores y también soy hipertenso, después de llegar al hospital, otras guaguas llegaron después de mí, pero los retornaron por falta de capacidad. Aquí no hay medicamentos para la presión arterial, no hay medicinas para atender las diarreas, no hay pastillas para el dolor, la alimentación es pésima y la higiene también, sumado a la carencia de médicos para atendernos por las noches”, relató Eduardo Lázaro.
Luego de haber denunciado este lunes al puesto de mando del COVID-19 en la capital las pésimas condiciones en esa institución de salud, en la madrugada de este martes fue trasladado primero a la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) y luego el hospital Salvador Allende (La Covadonga), en el municipio Cerro.
“Cuando llegamos a la UCI, eso era un caos, los mismos choferes de los ómnibus, estaban discutiendo entre ellos para tratar de ser los primeros en entrar y repartir a las personas por manzanas. Allí no me aceptaron por la incapacidad que tengo, soy ciego total, entonces me trasladaron para La Covadonga, donde pasé toda la madrugada sin tomar ni agua y a las cinco de la mañana me llevaron para una de las salas donde están los casos de Covid-19”, declaró.
Por su parte el periodista independiente José Alberto Álvarez Bravo, que pasó 19 días en el centro de aislamiento en la UCI en el municipio La Lisa, cuenta que la alimentación es mala y las raciones muy reducidas.
“Bueno, las condiciones son mínimas, te toman la presión una vez al día y a veces la temperatura, y ya, esa es la atención médica que recibes”, señaló el comunicador.
Y desde Baraguá, en Ciego de Ávila, el activista Leonit Carbonell, señala que ante las pésimas condiciones en estos centros de aislamiento, las personas intentan escapar de los mismos.
“Una cosa es lo que se están hablando en la televisión y otra es lo que realmente ocurre en los centros de aislamiento donde llevan a las personas, allí no hay medicamentos ni alimentos”, afirmó el activista.