Los reclusos de la prisión Cuba Sí, ubicada en El Yayal, provincia de Holguín, no reciben una adecuada atención médica, y sus enfermedades se agravan por la indolencia de las autoridades, denunció Mailín Rodríguez Sánchez, la esposa del preso político Yosvany Rosell García Caso.
“Él me estaba explicando de la alimentación, la medicación, que llevaba como diez días que no le daban los medicamentos de la presión”.
El desabastecimiento de medicamentos es común en las cárceles cubanas, donde el Estado, responsable de garantizar la salud de los reos, tiene que recurrir a los familiares para que provean de las medicinas que necesitan sus seres queridos encarcelados.
“Desde que está allí, ya hace tres años y pico, a mí siempre me pasa lo mismo, cuando yo me dirijo con los medicamentos que necesita, no me los quieren recibir. Muchas veces los he llevado a dos y tres visitas, porque allí tú solicitas que el médico salga a recibirte las medicinas y tienes que esperar a que él salga. Muchas veces no llega, tienes que irte”, lamentó Rodríguez Sánchez.
García Caso, de 35 años, uno de los manifestantes del 11 de julio de 2021 condenado a 15 años de cárcel por el delito de sedición, entró a la cárcel cuando ya tenía padecimientos crónicos cardíacos y de hipertensión arterial, pero la reclusión ha empeorado sus dolencias, sobre todo, por la falta de rigurosidad al administrarle sus medicamentos y la precaria alimentación destinada a los internos del penal.
“Él tiene 35 años y el corazón envejecido, de una persona de 60 u 80 años. Él se estaba atendiendo ese padecimiento cuando cayó preso y después no lo ha vuelto a ver un cardiólogo. También tiene una hipertensión desde los 23 años. Él es de los que se hincha, se le hinchan las manos, los pies, la cara. Padece, además de gastritis. Antes de entrar en la cárcel, tenía problemas en el estómago, pero como ha hecho tantas huelgas de hambre, se le presentó una gastritis”, señaló la esposa del preso político.
Desde su detención, García Caso, que extingue una de las condenas más altas a los manifestantes del 11 de julio, ha realizado varias huelgas de hambre en reclamo de que se revise su injusta condena, resultado de lo que ha denunciado como un turbio proceso judicial.
“Me estaba explicando sobre gente que ha fallecido allí de infartos, gente joven. Les da un dolor en el corazón y se demoran mucho en dar la asistencia médica. Han ocurrido, en menos de dos meses, cinco fallecidos. Entonces es preocupante”, alertó.