Humor político de Reagan contra la URSS y Cuba

El humor de Ronald Reagan (i) en la Casa Blanca

En uno de estos chistes Reagan se burla de que los soviéticos tengan diez años de espera para poder adquirir, si lo adquieren, un automóvil.

El presidente Ronald Reagan, durante su mandato (1981-1989) hizo uso frecuente del humor para exponer la realidad de la Unión Soviética, y de otros países comunistas como Cuba, Polonia y satélites de Moscú como Angola, Nicaragua o Mozambique.

Durante la Gala de Recaudación que organizara la Asamblea Nacional Hispana Republicana, el 14 de Septiembre de 1983, el presidente Ronald Reagan comenzó su intervención relatando el chiste sobre Fidel Castro y el vendedor de maíz que le interrumpía su discurso.

"Castro se estaba dirigiendo a una gran audiencia en Cuba, y comenzó: "Me acusan de intervenir en Angola..." y un hombre que pasaba entre la audiencia gritó: "¡Maní, rositas de maíz!". Castro continuó: "Dicen que estoy interviniendo en Mozambique..." y la misma voz grita: "¡Maní! ¡Palomitas!". Castro continuó: "Dicen que estoy interviniendo en Nicaragua..." y la voz gritó de nuevo, "¡Maní! ¡Palomitas de maíz! ". Para entonces, Castro estaba hirviendo de la rabia y vociferó:" ¡Tráeme acá a ese hombre que grita: '¡Maní! ¡Palomitas de maíz!', que le voy a dar una patada que va a caer en Miami!” Y todos en la audiencia comenzaron a gritar:" ¡Maní! ¡Palomitas de maíz!".

En otro video se ve Reagan, haciendo chistes "contrarrevolucionarios" sobre la extinta dictadura de Unión Soviética y los dirigentes de ese país.

La Reina Isabel II y Ronald Reagan

En uno de estos chistes Reagan se burla de que los soviéticos tengan diez años de espera para poder adquirir, si lo adquieren, un automóvil, así cuenta como un pobre hombre llega con su dinero donde el vendedor y este lo toma y le dice, ok, vuelva en diez años para que se lleve su autor, a lo que el infeliz pregunta ¿en la mañana o en la tarde? y asombrado le vendedor que diferencia hace eso en 10 años; le contesta - es que por la mañana viene el plomero.

En otro un estadounidense muestra los beneficios de la libertad de expresión en su país declarando que él puede ir a la Casa Blanca y gritar: "¡Que se vaya al diablo Ronald Reagan!" —Reagan era presidente de EEUU en los años 80—. El ruso le contesta que también puede ir al Kremlin y gritar: "¡Que se vaya al diablo Ronald Reagan!".

La broma que sacó de sus cabales a los dirigientes soviéticos fue la frase sobre la legislación firmada por Reagan para iniciar el bombardeo a Rusia en 5 minutos.

En septiembre de 1987, en una convención anual de mujeres, en el estado de Virginia, expuso su defición de un marxista y un anticomunista: ¿Cómo distingues a un comunista? Bueno, es alguien que lee a Marx y a Lenin ¿Y cómo distingues a un anticomunista? Es alguien que entiende a Marx y a Lenin."