Las medidas anunciadas el jueves en la noche por las autoridades cubanas dejan opiniones encontradas entre los cubanos, que celebran la apertura al sector privado y la eliminación del gravamen al dólar estadounidense al tiempo que alertan sobre el aumento de la desigualdad social.
La venta de alimentos, productos de higiene y otros artículos de consumo en dólares es uno de los asuntos más cuestionados dentro del paquete de medidas.
Lee también Cuba elimina gravamen al dólar y flexibiliza el sector privado; cede a viejos reclamos de economistasPor un lado profundizan la brecha entre los cubanos con acceso al dólar y los que deben subsistir con magros salarios en pesos cubanos. Pero por otro, cumplen con viejos reclamos de la población como la eliminación del gravamen al dólar americano y permitir la importación y exportación a los privados, comentó en entrevista con Radio Televisión Martí Yaxis Cires, asesor jurídico del Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
"Hay que ver cómo va a ser la implementación de estas medidas, pero hay algunas positivas y eso hay que reconocerlo", declaró Cires.
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Para Roberto Díaz Vázquez, director de la fundación independiente LOGOS, se trata de un "viraje radical en su política histórica de carácter económico".
Las medidas, en opinión de Díaz Vázquez, hablan del éxito de la gestión privada muy por encima de la empresa estatal y reparó en la paradoja de que la oficialidad cubana está demostrando la inviabilidad del proceso que por décadas se ha mantenido en Cuba.
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Para el periodista Reinaldo Escobar con la dolarización "el salario estará más lejos de ser el sostén natural de la economía familiar, pues la casi totalidad de lo que llegue a las tarjetas no procederá de la actividad laboral. No es dinero ganado "con el sudor de los trabajadores", sino enviado como limosna o regalo desde el exterior".
En un artículo publicado en el diario 14ymedio considera que "la ya creciente desigualdad social llega ahora a una zona altamente sensible: la alimentación. Lo que van a vender en esas tiendas no son "exquisiteces" sino productos de primera necesidad, que tienen una demanda perentoria".
El opositor José Daniel Ferrer escribió en su cuenta de Twitter que a Cuba "llegó una nueva modalidad, la venta en MLC, (Moneda Libremente Convertible)".
"Ahora son 4 clases en la Cuba comunista: Los del CUP, pobres infelices. Los del CUC, ya no tan arriba. Los de MLC, los nuevos privilegiados. Y la Clase Superior, la nomenclatura dueña de todos", apuntó el líder de la Unión Patriótica de Cuba.
Estos últimos, apuntó, quieren el control absoluto sobre la "moneda dura" para mantener "su vida de privilegios".
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El portavoz del partido Arco Progresista, Manuel Cuesta Morúa, dijo a Radio Martí que al implementarse estas medidas Cuba contará con castas monetarias.
"Y eso es una manera de estructurar mucho más la desigualdad económica", señaló el opositor. Este tipo de desigualdad "no tiene comparación" en el mundo, agregó.
Los gobernantes cubanos "solo están pensando en la reproducción del poder, no en la fortaleza de la sociedad cubana", subrayó Cuesta Morúa, para quien la isla experimenta un vacío de liderazgo bajo la presidencia designada de Miguel Díaz-Canel.
En un artículo en Cubanet Javier Prada reflexiona en que con las nuevas medidas el castrismo "estratégicamente ha dejado caer el peso de la Isla sobre los hombros de los que viven fuera; mientras los generales y demás parásitos se ocupan de gestionar la miseria colectiva y vivir a todo tren en lujosas mansiones, viajando, dilapidando el erario público y alardeando de fortunas personales de dudoso origen".
"La emigración debe entender que el castrismo vive del desastre que creó con la finalidad de descomponer a la familia cubana y obligar por lo menos a uno de sus miembros a radicarse en el extranjero, para desde allí mantener al sistema comunista. Apoyar a la dictadura mientras un pariente emigrado se rompe el lomo para pagarles a los suyos recargas, ropa, zapatos y celulares de última generación, denota una repugnante falta de entereza. Es hora de decir basta", escribió el periodista.
La Liga de Campesinos Independientes y el capítulo cubano de la Federación de Mujeres Rurales (FLAMUR) dijeron en una carta abierta que las medidas no solucionarán el problema de la hambruna nacional.
"Las medidas que acaban de anunciar a bombo y platillo son más de lo mismo. Mantener el latifundio estatal, los precios topados a nuestras cosechas y la política de venta forzosa al Acopio del 80% no es la solución. Lejos de escucharnos ustedes han incrementado los aparatosos operativos militares contra nuestros campesinos para confiscar ristras de ajos como si fuesen cocaína. Pero ustedes siguen sin producir nada y las tierras de sus latifundios siguen ociosas", señala la misiva.
"No nos dejan producir pollos y carne de puerco para venderlas en mercados libres y directamente al pueblo. ¿Y qué hacen? Importan pollos y los venden carísimos en dólares a los que reciben remesas de sus familiares. Y el que no tenga familiares, ¿cómo va a comer?", se cuestionan los firmantes.
(Incluye entrevistas realizadas por Yolanda Huerga e Ivette Pacheco para Radio Martí)