El presidente de Ecuador plantea referendo para que la población se pronuncie sobre el particular.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa expresó su oposición al matrimonio homosexual, pero ante el rechazo de activistas por los derechos de las minorías sexuales, propuso este jueves un referendo para que los ciudadanos se pronuncien sobre la adopción de las bodas gay.
Correa, figura de la izquierda latinoamericana y quien reivindica a menudo sus convicciones católicas, mostró el miércoles su desacuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Yo tengo en el gabinete a personas de los grupos GLTBI (gays, lesbianas, transexuales, bisexuales e intersexuales). Se ha rescatado mucho el respeto a estos grupos, pero no creo en el matrimonio gay", dijo en una entrevista con el canal privado RTS.
Correa, en cuyo gabinete la ministra de Salud es abiertamente lesbiana, afirmó ser "muy progresista en la parte económica y social, pero bastante conservador en cuestiones morales", y aclaró que no pretende transmitir sus valores y principios, aún cuando tenga "todo el derecho" de hacerlo y haya sido reelecto hasta 2017 también por sus creencias.
"No es que uno puede llevarse por las tendencias, tiene que llevarse por principios, valores, creencias", enfatizó el gobernante, un economista de 50 años educado en Estados Unidos y Europa, para quien él "la familia es el fundamento de la sociedad".
Sus afirmaciones generaron el rechazo de organizaciones defensoras de los derechos de los gays, que lo criticaron en la red social Twitter.
El presidente de la Fundación Equidad (GLTBI), Efraín Soria, rechazó por su parte que esta cuestión sea sometida a referendo al sostener que el matrimonio igualitario es un derecho humano.
"Estamos opuestos a ese tipo de consultas porque sabemos que llevamos las de perder. Los derechos humanos no se pueden consultar sino que se deben garantizar", declaró a la AFP.
Soria añadió que "el presidente tiene la libertad de expresar sus valores muy particulares", pero también el deber como jefe de Estado de "respetar la Constitución, que prohíbe la discriminación y define a Ecuador como un Estado laico".
Correa, quien en su juventud participó en un voluntariado de la orden salesiana, planteó el plebiscito pese a que en anteriores declaraciones descartó apoyar cambios legales que permitan los matrimonios gay, si bien se declaró admirador de los defensores de las minorías sexuales.
En particular, se refería a la propuesta de grupos GLTBI de que en las cédulas de identidad se cambie el rótulo de sexo (masculino o femenino) por el de género, con lo que una persona podría registrarse según su orientación sexual.
En América Latina existe la boda gay en Argentina (desde 2010), Uruguay (abril último) y en Ciudad de México (2009).
Recientemente en Brasil, a pesar de que el Congreso no ha aprobado una ley al respecto, la justicia determinó que las oficinas públicas que celebran casamientos no podrán rechazar a parejas gay que deseen contraer nupcias.
Mientras, a finales de abril el Senado colombiano rechazó un proyecto de ley para permitir esas uniones.
Correa, figura de la izquierda latinoamericana y quien reivindica a menudo sus convicciones católicas, mostró el miércoles su desacuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Yo tengo en el gabinete a personas de los grupos GLTBI (gays, lesbianas, transexuales, bisexuales e intersexuales). Se ha rescatado mucho el respeto a estos grupos, pero no creo en el matrimonio gay", dijo en una entrevista con el canal privado RTS.
Correa, en cuyo gabinete la ministra de Salud es abiertamente lesbiana, afirmó ser "muy progresista en la parte económica y social, pero bastante conservador en cuestiones morales", y aclaró que no pretende transmitir sus valores y principios, aún cuando tenga "todo el derecho" de hacerlo y haya sido reelecto hasta 2017 también por sus creencias.
"No es que uno puede llevarse por las tendencias, tiene que llevarse por principios, valores, creencias", enfatizó el gobernante, un economista de 50 años educado en Estados Unidos y Europa, para quien él "la familia es el fundamento de la sociedad".
Sus afirmaciones generaron el rechazo de organizaciones defensoras de los derechos de los gays, que lo criticaron en la red social Twitter.
El presidente de la Fundación Equidad (GLTBI), Efraín Soria, rechazó por su parte que esta cuestión sea sometida a referendo al sostener que el matrimonio igualitario es un derecho humano.
"Estamos opuestos a ese tipo de consultas porque sabemos que llevamos las de perder. Los derechos humanos no se pueden consultar sino que se deben garantizar", declaró a la AFP.
Soria añadió que "el presidente tiene la libertad de expresar sus valores muy particulares", pero también el deber como jefe de Estado de "respetar la Constitución, que prohíbe la discriminación y define a Ecuador como un Estado laico".
Correa, quien en su juventud participó en un voluntariado de la orden salesiana, planteó el plebiscito pese a que en anteriores declaraciones descartó apoyar cambios legales que permitan los matrimonios gay, si bien se declaró admirador de los defensores de las minorías sexuales.
En particular, se refería a la propuesta de grupos GLTBI de que en las cédulas de identidad se cambie el rótulo de sexo (masculino o femenino) por el de género, con lo que una persona podría registrarse según su orientación sexual.
En América Latina existe la boda gay en Argentina (desde 2010), Uruguay (abril último) y en Ciudad de México (2009).
Recientemente en Brasil, a pesar de que el Congreso no ha aprobado una ley al respecto, la justicia determinó que las oficinas públicas que celebran casamientos no podrán rechazar a parejas gay que deseen contraer nupcias.
Mientras, a finales de abril el Senado colombiano rechazó un proyecto de ley para permitir esas uniones.