Es necesario visibilizar la grave crisis alimentaria que atraviesa Cuba y no dejar que pase inadvertida ante el convulso panorama internacional, alertó recientemente el Food Monitor Program, un proyecto que monitorea las condiciones de acceso, disponibilidad, utilización y estabilidad de los alimentos en las diferentes provincias de Cuba.
"La rapidez con que cambia la agenda mundial puede hacer que situaciones urgentes, como la crisis estructural que vive Cuba, pasen desapercibidas para el resto del mundo, incluso para nuestro propio continente. Condición que se ve agravada por el hecho de los espacios y el posicionamiento de su narrativa oficial que el régimen cubano históricamente ha logrado ganar, presentándose como un ejemplo de avances sociales", alerta la columnista Nastassja Rojas.
En su artículo cita los resultados de las investigaciones del Food Monitor Program, en los que se resalta que la mayoría de las provincias cubanas enfrentaron un bajo nivel de seguridad alimentaria por el bajo crecimiento económico, alta inflación, reducción de la producción y venta de alimentos, problemas de infraestructura; "todo ello agravado por las recientes medidas económicas adoptadas por el Gobierno, como el aumento de precios de combustibles".
En la columna publicada el martes, la entidad alerta que "la crisis en Cuba es real y devastadora. La falta de acceso a alimentos, medicinas y derechos básicos es una realidad que afecta profundamente a la población en general en el país. Sin embargo, a menudo esta crisis no es visible más allá de las fronteras de la Isla, mucho menos en la agenda global".
Food Monitor destaca que el pasado 29 de abril, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA), expresaron preocupación por el agravamiento de la inseguridad alimentaria en Cuba y las interrupciones prolongadas del suministro eléctrico, al tiempo que señalaron que esta situación afecta desproporcionadamente a ciertos grupos de personas, como las mayores de 60 años, mujeres embarazadas, niños, adolescentes, y aquellas con enfermedades crónicas, lo cual genera graves impactos en sus condiciones de vida.
"Ante este escenario, la CIDH y la REDESCA hacen un llamado al Estado cubano a adoptar medidas concretas para garantizar el acceso de su población a una alimentación adecuada y a servicios públicos indispensables. Asimismo, instan a la comunidad internacional a cooperar en el acceso a alimentos, medicamentos y productos básicos en Cuba", indica el texto.
La autora celebra estos pronunciamientos que colocan la crisis alimentaria en Cuba en un plano regional, sin embargo reconoce que el régimen de La Habana ni siquiera responde a los llamados de atención del organismo adjunto de la Organización de Estados Americanos.