El bicampeón olímpico cubano Robeisy Ramírez regresó al gimnasio muy motivado.
El peleador de Cienfuegos tiene clavada una espina desde agosto del 2019, tras perder cerrado pleito en su debut profesional ante el mexicano Adan González, en pelea realizada en Pensilvania.
Lo que debió ser un debut de puro trámite para Ramírez, fue una pesadilla personal. Nunca pensó comenzar en el boxeo profesional tan triste.
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Ser dos veces monarca olímpico no significa que vas a subir a un cuadrilátero y te van a levantar la mano. Debes pelear, combatir, tirar muchos golpes, demostrar efectividad y hacer una pelea técnica.
Ahora con tres triunfos consecutivos, todos ganados por la vía rápida, Robeisy aprendió la lección. Contrato en septiembre pasado a un nuevo equipo de trabajo, y desde entonces ha mostrado su talento, su innegable calidad para en un futuro no muy lejano ganar una corona mundial en el peso pluma.
El 2 de julio próximo Ramírez peleará en menos de un mes, esa pelea de revancha esperada ante el mexicano González.
Con ese desagradable resbalón que sufrió Robeisy, ahora veremos en acción a otro púgil, nada confiado sobe el ring.
Aunque es un boxeador técnico y pegador para las 126 libras, en las tres peleas anteriores el púgil cubano salió dispuesto a acabar rápido. Ganó por la vía rápida ante Fernando Ibarra, Rafael Morales y Yeuri Andújar.