El presidente ruso Vladimir V. Putin no quiere que le hagan el cuento de las conversaciones entre Estados Unidos y Cuba. Las quiere escuchar él mismo. Nada de versión cubana o americana. Simplemente una transcripción en ruso de todo lo que se diga en estos días en La Habana.
Y para eso está en el puerto habanero el buque espía ruso SSV-175 Victor Leonov. Sus dispositivos de espionaje electrónico le permiten recolectar información de inteligencia, además de realizar radio exploración. Y para ello dispone de equipos especializados como Profil-M, Rotor-C, Visir, Cono, equipo de radiogoniometría Zaria-1, entre otros. Cuenta con misiles antiaéreos y cañones antiaéreos de 30 milímetros.
La nave fue construida en el astillero polaco de Gdansk y es una de las siete de ese tipo que posee la armada rusa. El nombre original de la nave era "Odograf", pero en el 2004 le renombraron "Viktor Leonov", manteniendo su número de identificación SSV-175. Comenzó el servicio en la Marina de Guerra de la URSS en 1988, poco antes de que desapareciera la URSS e inicialmente estuvo en la Flota del Mar Negro, pero en 1995 fue transferido a la Flota del Mar del Norte.
Los 220 marinos rusos del Leonov gustan de las aguas cálidas del Caribe. El buque, que pertenece a la Flota del Norte, tiene su base en Severomorks, en la región de Múrmansk, en el Círculo Polar Ártico. En la página de VKontakte (versión rusa de Facebook) el buque solo tiene 103 seguidores, menos de la mitad de su tripulación.
En febrero del 2014 la nave rusa visitó Cuba, sin un anuncio por parte de las autoridades cubanas o rusas. La presencia del buque coincidía con las declaraciones del Ministro de Defensa de aumentar la presencia militar en otros puntos del planeta. Atracó entonces, al igual que ahora, cerca de la Catedral de la Iglesia Ortodoxa Rusa inaugurada hace unos años en esa zona capitalina.
El Presidente ruso sigue fiel a su oficio de espía, siempre está buscando información y busca la versión original del hecho y que se la proporcione su propia gente.