Equilibrar la cosecha con los costos de la producción industrial, la comercialización y las posibilidades reales del consumidor, es el nudo gordiano que no logra romper la empresa estatal de conservas.
Ahora que la agricultura produce suficientes tomates, la industria no tiene las latas adecuadas para envasarlos. Los campesinos reciben mejores precios por su cosechas, pero ese beneficio repercute en un aumento del costo de la producción industrial. Por eso el consumidor contempla cómo aumenta el precio del producto, mientras su salario permanece en los mismos niveles.
Equilibrar la cosecha con los costos de la producción industrial, la comercialización y las posibilidades reales del consumidor, es el nudo gordiano que no logra romper la empresa estatal de conservas.
La zafra del tomate comenzó esta semana en la provincia de Ciego de Avila, que abastece del producto a la industria y el mercado de todo el país, pero a pesar de que se esperan récords productivos, los desequilibrios son los mismos.
En el 2012 el quintal de tomate se pagó a los cosecheros a 62,00 pesos y en el 2013 a 110,00, este año la cifra puede llegar a los 120,00 pesos. Aunque ese significativo aumento de precios cumple con los nuevos Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido, “no han dado resultados halagüeños en este sector”, dijo el periódico Invasor.
El ciento por ciento de esa hortaliza, destinada en especial a las conservas, está en manos de campesinos, y sólo la que se cosecha en órganopónicos se vende directamente a la población porque son variedades no aptas para su procesamiento industrial.
El ingeniero Pedro Díaz González, especialista del ministerio de Agricultura en la provincia dijo a la Agencia de Información Nacional que el pasado año la producción de tomate fue de 30,000 toneladas, el mayor volumen alcanzado desde 2010 cuando se produjeron 26,000 toneladas de la hortaliza debido, entre otros factores, “al incremento -casi el doble- del precio de esta hortaliza para los productores”.
"Este año el propósito es producir 32 000 toneladas de salsas y puré destinadas a los mercados locales y las instalaciones hoteleras", afirmó.
Las fábricas de Florencia y Majagua, La Antillana, Las Delicias y el Combinado de Cítricos de Ceballos son los principales centros industriales que producen pasta y puré de tomate en la provincia. La fábrica de Majagua, construida en 1957, todavía espera por importantes mejoras tecnológicas, mientras en el Combinado de Ceballos se invirtieron recientemente algunos millones de pesos, para mejorar la producción destinada al mercado extranjero.
"Nuestra industria, con tecnología atrasada, no asimila las avalanchas que suceden cuando empieza la cosecha”, admitió Jorge H. Calvo Fariñas, administrador de la conservera Majagua.
El diario Invasor publicó un extenso reportaje sobre las tribulaciones de la industria de conservas en la provincia y comprobó que uno de los principales problemas es que el producto se envasa en latas de más de dos libras, cuyo precio sobrepasa los 100 pesos.
En el almacén de la fábrica de Majagua “dormitaban más de 100 000 latas listas para la venta, entre ellas mermeladas de mango y guayaba, tomate frito y Vita nuova. Ninguna estaba recién elaborada”.
Alimentos de amplia demanda, se ofertan al pueblo en latas que parecen estar de lujo en los mercados del territorio avileño, dijo el diario que publicó la siguiente tabla.
Producto Costo de producción Venta al pueblo
Tomate frito 18,02 148,00
Mermelada de guayaba 11,15 148,00
Trozos de frutabomba 14,82 126.50
Mermelada de mango 12,22 120,00
Vita nuova 22,23 120,00
Como conclusión de tan extenso trabajo periodístico, el órgano oficial del Partido Comunista en la provincia, pareció lavarse las manos y ofreció un respuesta casi salomónica, dentro de su marco ideológico:
“La posible solución radica en las acciones para la actualización del modelo económico cubano, cuando se materialice el Lineamiento 69 que expresa: "... formar los precios minoristas a partir de los costos sin cubrir ineficiencias, teniendo en cuenta los niveles de ingresos de la población".
Equilibrar la cosecha con los costos de la producción industrial, la comercialización y las posibilidades reales del consumidor, es el nudo gordiano que no logra romper la empresa estatal de conservas.
La zafra del tomate comenzó esta semana en la provincia de Ciego de Avila, que abastece del producto a la industria y el mercado de todo el país, pero a pesar de que se esperan récords productivos, los desequilibrios son los mismos.
En el 2012 el quintal de tomate se pagó a los cosecheros a 62,00 pesos y en el 2013 a 110,00, este año la cifra puede llegar a los 120,00 pesos. Aunque ese significativo aumento de precios cumple con los nuevos Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido, “no han dado resultados halagüeños en este sector”, dijo el periódico Invasor.
El ciento por ciento de esa hortaliza, destinada en especial a las conservas, está en manos de campesinos, y sólo la que se cosecha en órganopónicos se vende directamente a la población porque son variedades no aptas para su procesamiento industrial.
El ingeniero Pedro Díaz González, especialista del ministerio de Agricultura en la provincia dijo a la Agencia de Información Nacional que el pasado año la producción de tomate fue de 30,000 toneladas, el mayor volumen alcanzado desde 2010 cuando se produjeron 26,000 toneladas de la hortaliza debido, entre otros factores, “al incremento -casi el doble- del precio de esta hortaliza para los productores”.
"Este año el propósito es producir 32 000 toneladas de salsas y puré destinadas a los mercados locales y las instalaciones hoteleras", afirmó.
Las fábricas de Florencia y Majagua, La Antillana, Las Delicias y el Combinado de Cítricos de Ceballos son los principales centros industriales que producen pasta y puré de tomate en la provincia. La fábrica de Majagua, construida en 1957, todavía espera por importantes mejoras tecnológicas, mientras en el Combinado de Ceballos se invirtieron recientemente algunos millones de pesos, para mejorar la producción destinada al mercado extranjero.
"Nuestra industria, con tecnología atrasada, no asimila las avalanchas que suceden cuando empieza la cosecha”, admitió Jorge H. Calvo Fariñas, administrador de la conservera Majagua.
El diario Invasor publicó un extenso reportaje sobre las tribulaciones de la industria de conservas en la provincia y comprobó que uno de los principales problemas es que el producto se envasa en latas de más de dos libras, cuyo precio sobrepasa los 100 pesos.
En el almacén de la fábrica de Majagua “dormitaban más de 100 000 latas listas para la venta, entre ellas mermeladas de mango y guayaba, tomate frito y Vita nuova. Ninguna estaba recién elaborada”.
Alimentos de amplia demanda, se ofertan al pueblo en latas que parecen estar de lujo en los mercados del territorio avileño, dijo el diario que publicó la siguiente tabla.
Producto Costo de producción Venta al pueblo
Tomate frito 18,02 148,00
Mermelada de guayaba 11,15 148,00
Trozos de frutabomba 14,82 126.50
Mermelada de mango 12,22 120,00
Vita nuova 22,23 120,00
Como conclusión de tan extenso trabajo periodístico, el órgano oficial del Partido Comunista en la provincia, pareció lavarse las manos y ofreció un respuesta casi salomónica, dentro de su marco ideológico:
“La posible solución radica en las acciones para la actualización del modelo económico cubano, cuando se materialice el Lineamiento 69 que expresa: "... formar los precios minoristas a partir de los costos sin cubrir ineficiencias, teniendo en cuenta los niveles de ingresos de la población".